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FICE recaba apoyos para evitar que Estados Unidos suba los aranceles al calzado español

La industria zapatera prevé un "efecto devastador"

Feria de calzado en IFA Antonio Amorós

En enero de 2021, la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos concluía que los Impuestos a los Servicios Digitales de varios países, como España e Italia, perjudican a empresas digitales estadounidenses. Como contramedida, el 26 de marzo se anunciaba que se están planteando la imposición de aranceles a una serie de productos de estos países. Este anuncio ha traído una gran preocupación para el sector del calzado español ya que España es uno de los países implicados en este proceso y el sector zapatero uno de los propuestos por Estados Unidos para aumentar los aranceles un 25%, según una nota de prensa hecha pública hoy por la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE).

Si después del proceso de investigación abierto esta medida se llevara a cabo, "causaría un daño irreparable a un sector relevante del tejido industrial de nuestro país", según las mismas fuentes. No sólo por la dimensión en valor del producto español, sino por el singular efecto de pérdida de puestos de trabajo. Una de las características esenciales del proceso productivo es que se trata de una industria intensiva en mano de obra que genera mucho empleo, desde los más cualificados a los más artesanos. Este daño causaría estragos añadidos en determinadas áreas geográficas de concentración del sector que no cuentan con otras alternativas industriales, entre ellas Elche, Elda, Petrer o Villena, por citar solo algunos ejemplos.

Estados Unidos es el primer destino de las exportaciones extracomunitarias. En 2020, a pesar de la Covid-19, el 7% de las exportaciones de calzado español fueron a ese país, lo que ascendió a 151,6 millones de euros y 3,5 millones de pares. Además, Estados Unidos es el mercado que paga un precio medio más elevado de los cinco principales compradores de calzado español.

Pero no sólo las exportaciones se resentirían con esta medida. Dado el alto nivel competitivo de la industria del calzado, la especialización de su mano de obra y el contar con un sector de industria auxiliar perfectamente coordinado con las fábricas, son varias las firmas internacionales que se han volcado en el desarrollo industrial de sus productos en España, utilizándolo como base para la producción que finalmente se distribuye a todo el mundo. 

"Por tanto, no sólo estamos hablando de perder la cuota de producción que supone Estados Unidos, sino de un efecto devastador en un momento en el que apenas hemos iniciado un camino de lenta recuperación de la pandemia Covid-19", agrega FICE.

"Desde FICE nos mantenemos activos y en constante conversación con los interlocutores públicos, como la Secretaría de Estado de Comercio, que ya está estudiando este caso, y con las organizaciones empresariales. CEOE también nos está dando su apoyo en la gestión de esta situación y a través de la Confederación Europea del Calzado que nos representa en Bruselas. Estas medidas todavía están en una fase de valoración y estamos volcados en evitar que se materialicen", agregan.

La representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, anuncia en el comunicado del 26 de marzo que están comprometidos a trabajar con sus socios comerciales para "resolver sus inquietudes con los impuestos a los servicios digitales y abordar cuestiones más amplias de la fiscalidad internacional" y han abierto un proceso para valorar el caso de España. "Seguiremos trabajando hasta agotar todos los recursos para que la industria del calzado español no sufra las consecuencias de este conflicto comercial", añaden por último desde FICE.

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