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URGENCIÓLOGO DEL HOSPITAL GENERAL DE ELCHE

Sergio Pardo Juan: «Hemos convivido con la muerte como no lo habíamos hecho antes»

Considera que no se les debe compensar con nada especial tras más de un año de lucha contra el covid, pero sí exige la creación de la especialidad MIR de Urgencias.

Pardo, a las puertas de Urgencias del General de Elche. ANTONIO AMORÓS

¿Cree que la sociedad valora ahora más a todos los sanitarios?

En general la población siempre ha valorado de forma positiva la labor que realizamos, y a lo largo del último año su apoyo se ha hecho más manifiesto. No obstante, también hemos recibidos críticas negativas en algunos momentos, pero creo que son minoritarias y resultado de la frustración y «fatiga» que conllevan los altibajos emocionales y las restricciones sociales. Aún así creo que debemos ser autocríticos y reflexionar sobre cómo podemos mejorar tanto nuestra organización como la actividad asistencial.

¿Se han sentido suficientemente respaldados por las administraciones públicas en esta crisis sanitaria?

Desde marzo de 2020 se puso en marcha toda la maquinaria de la administración para poner a nuestra disposición los recursos materiales que fueran necesarios con desigual éxito. Afortunadamente en nuestra área hemos dispuesto de material de protección desde el principio, pero es de conocimiento público que no fue así en todas partes. También se crearon los «contratos covid», algunos nuevos y otros que suponían la reconversión de otros contratos ya existentes más precarios para no perder recursos humanos, pero estos contratos hasta el momento se han ido renovando cada seis meses y aún no sabemos si se van a prolongar más allá del 31 de mayo. Por otro lado, la avalancha de recomendaciones y protocolos, con cambios importantes en cuestión de horas, supuso un estrés añadido para nosotros.

«Exigimos la creación de la especialidad de Medicina de Urgencias vía MIR. Ya existe en el Ejército y en casi todos los países de la UE»

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Israel, Emiratos Árabes o Reino Unido están a la cabeza en vacunados. ¿Es sólo cuestión de dinero, algunos políticos no han estado a la altura, o es falta de organización y coordinación?

El único horizonte de esperanza es conseguir la inmunización de la mayor cantidad de población en el menor tiempo posible, y la forma de conseguirlo es con un plan estratégico vacunal claro, conciso y predeterminado que a día de hoy depende de la llegada de dosis suficientes. En el momento en que se disponga de ellas, la vacunación debe ser eficiente y 24/7. Las personas en puestos de toma de decisiones tienen que escuchar a los expertos y no repetir errores previos, poniendo los medios necesarios para la adquisición lo más rápido posible de todas las dosis de vacunas que sean necesarias.  

¿Cómo ha sido trabajar en Urgencias este año?

Si hay algo que define a urgencias es la capacidad de adaptación, plasticidad, trabajo en equipo y gestión de situaciones de caos. Los urgenciólogos estamos acostumbrados a trabajar bajo presión y con recursos limitados, y estamos viviendo momentos en los que se pone a prueba nuestra capacidad de respuesta y creo que nadie duda de que lo estamos haciendo de forma excelente. El último año está siendo duro, muy duro. Hemos convivido con la muerte como no lo habíamos hecho antes. Pero lo estamos haciendo con profesionalidad y asumiendo que el papel de los urgenciólogos es vital para todos y cada uno de los pacientes que hemos atendido y que atenderemos en el futuro.

Los urgenciólogos reclaman la creación de la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias desde hace años. ¿Por qué?

Nuestros servicios de urgencias están compuestos por profesionales que de otras especialidades con una formación al terminar nuestras residencias insuficiente y que tenemos que completar con esfuerzo individual haciendo cursos específicos para garantizar la mejor calidad asistencial. Ninguna especialidad ya existente (ni Medicina Familiar, Medicina Interna, ni Intensivos) aporta la formación necesaria para trabajar en un servicio de urgencias, donde atendemos pacientes con enfermedades que precisan un manejo clínico y técnico complejo en un corto espacio de tiempo (politraumatismos, cualquier infección grave, un síndrome coronario o un ictus, patologías tiempo dependientes) y la mejor forma de conseguir esa formación homogénea y reglada es a través de la creación de una especialidad primaria de Medicina de Urgencias y Emergencias vía MIR que además garantice el relevo generacional necesario. Atendemos cerca de 26 millones de pacientes al año a nivel hospitalario y más de 6 millones de emergencias/año a nivel extrahospitalario, y eso es una altísima demanda asistencial de la población. Nuestra especialidad MUE existe y está reconocida en multitud de países en todo el mundo, y en algunos hace más de 50 años. En el ámbito de la UE, únicamente España, junto con Portugal y Chipre, carecen de la especialidad MUE. Lo recomienda la OMS, la UE y el Defensor del Pueblo. Una de las mayores incoherencias de nuestro sistema sanitario es que la especialidad de MUE ya existe en nuestro país en el ámbito militar, pero se nos sigue negando en el civil. Como solemos decir, parafraseando a Joaquín Sabina, nos sobran los motivos. Es cierto que existe una gran oposición de las sociedades de Medicina de Familia, Medicina Interna e Intensivos, pero para que se entienda de forma gráfica, es como si un grupo de fontaneros opinan sobre cómo tiene que organizarse un carpintero

«Las acciones individuales de los negacionistas solo hacen que prolongar ese dolor y sufrimiento que está causando la pandemia»

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Pero el Congreso acaba de rechazar su creación. Y el anterior ministro Illa anunció que darían luz verde a esta especialidad a finales del pasado año y al final el PSOE, entre otros, ha votado en contra. ¿Qué cuerpo se les ha quedado?

El 9 de marzo la Comisión de Sanidad del Congreso rechazó aprobar un Proyecto No de Ley presentado por VOX que instaba al gobierno a la creación de la especialidad MUE con los votos en contra de PSOE y Podemos y generó una gran decepción y malestar entre todos los urgenciólogos. No obstante el día 17 se volvió a presentar de nuevo, esta vez a proposición del Partido Popular, que sí salió adelante, a pesar del voto negativo de Podemos y la abstención esta vez del PSOE. Lo hemos vivido como “un paso más”, pero esto ya había ocurrido en otras ocasiones años atrás y ha seguido sin concretarse en el reconocimiento de nuestra especialidad. El balón está ahora en manos del Ministerio de Sanidad, y nos preocupa el posicionamiento uno ambiguo y el otro negativo, de los dos partidos que forman en la actualidad la coalición de gobierno. Nos sorprende que el PSOE ha presentado de nuevo otra PNL con el mismo objetivo. Tenemos la sensación de que se está entrando en un juego político que nada tiene que ver con nosotros, y eso nos incomoda. Las cuestiones políticas deben quedar al margen de una cuestión que repercute en mejora del sistema nacional de salud y de la calidad asistencial de nuestros pacientes.

¿Qué van a hacer, qué pueden hacer ahora?

Sin duda vamos a insistir desde todos los frentes en nuestros argumentos para que desde el Ministerio de Sanidad se reconozca cuanto antes nuestra especialidad. En el programa El Objetivo la ministra de Sanidad respondía con ambigüedades a la pregunta de una urgencióloga sobre la creación de nuestra especialidad MUE, alegando a que esperaba alcanzar una solución satifactoria para todos. Lo único que contemplamos y vamos a aceptar los urgenciólogos y urgenciólogas de todo el país es la aprobación de especialidad primaria de MUE.

Tras lo visto y padecido, ¿la sanidad pública española es tan buena como nos han venido asegurando los políticos?

Tenemos una muy buena sanidad que se fundamenta en unos excelentes profesionales que damos el 150% para que funcione lo mejor posible, pero sin duda hace falta más respaldo de las instituciones apoyando con estabilidad laboral y reconocimiento profesional. El mejor valor que tiene nuestro sistema sanitario son sus profesionales.

¿Cómo se puede convencer a los antivacunas, a los negacionistas, a los que no llevan mascarilla a los que van a fiestas ilegales...?

La mejor forma de que se den cuenta de su error es que sean conscientes de todo el dolor y sufrimiento que está provocando esta pandemia y de que las acciones a nivel individual sólo consiguen prolongar ese dolor. Les invitaría a que vivieran de primera mano lo que estamos presenciado los sanitarios desde hace un año con cada ola. Pero que no tengan ninguna duda de que en caso de que enfermen ellos o sus familiares, siempre van a encontrar en nosotros la mejor asistencia que esté a nuestro alcance para tratarlos y sacarlos adelante porque es la única forma que sabemos de entender nuestro trabajo.

¿A qué presión han estado ustedes sometidos en Urgencias en estos meses de covid?

El último año está siendo muy duro. Personalmente, los primeros meses fueron especialmente duros porque en casa tomamos la decisión de aislarme en un piso por miedo no a contagiarme yo si no a contagiar a mi familia, y se prolongó más de tres meses. Durante ese tiempo solo tuve contacto con mi mujer y mis hijos por videollamada y fue muy duro. Hemos vivido el impacto de cada ola con un gran estrés pero sobr etodo, los últimos meses, desde mediados de diciembre, en la Comunidad Valenciana hemos vivido situaciones similares a las que se vivieron en Madrid, Albacete o Barcelona los meses de confinamiento. Hemos vivido situaciones desesperantes, con un altísimo volumen de pacientes que nos ha hecho adaptarnos en cuestión de horas, y con la sensación de no llegar a todo. Ha sido muy duro tanto física como emocionalmente, porque hemos tenido que comunicar malas noticias por teléfono muchas veces al día y éramos conscientes de que muchos de los pacientes que veíamos tenían pocas posibilidades de salir adelante. He visto a compañeros llorar al colgar el teléfono. Hemos llorado a veces a escondidas durante nuestros turnos y al salir de trabajar porque necesitábamos liberar estrés; hemos tenido problemas para poder dormir.. Se han perdido muchas vidas... Y entre cada ola estamos continuamente en situación de calma tensa porque ya sabemos que la situación cambia en cuestión de horas. No tengo muchas dudas de que parte de los que estamos en primera línea vamos a tener cicatrices de por vida, pero bueno, las luciremos con orgullo

¿Cree que se les debe compensar de algún modo por todo el esfuerzo?

No creo que se nos tenga que dar un plus económico por el trabajo que estamos haciendo, porque al fin y al cabo es nuestro trabajo y nuestro deber profesional. Se agradece el premio Princesa de Asturias, pero es un gesto sin mayor trascendencia. Lo único que solicitamos los urgenciólogos es el reconocimiento de nuestra especialidad de Urgencias. Una vez más hemos demostrado nuestra capacitación y compromiso con nuestros pacientes y el sistema sanitario, y lo que pedimos es que dejen de hacer como si no existiéramos y dejen de ningunearnos e ignorarnos. Hemos estado, estamos y estaremos 24 horas, siete días a la semana y 365 días al año, y lo que pedimos repercutirá en la mejoría de la asistencia a nuestros pacientes.

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