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COORDINADORA DEL OBSERVATORIO DE LA UMH SOBRE TRATA DE MUJERES

María Jesús Navarro: «La prostitución es la más sangrante violencia de género»

El Consell, primero, y el Gobierno central, después, acaban de anunciar sendas leyes contra la prostitución. En la Universidad de Elche varios equipos llevan años estudiando desde distintas ópticas el problema y recuerdan que este negocio es, ante todo, pura esclavitud.

María Jesús Navarro Ríos, junto al busto del poeta, en el campus de Desamparados de la UMH. | TONY SEVILLA

Con 20 años un familiar de María Jesús Navarro le narró, «con total frialdad», cómo un primo suyo, amante de los prostíbulos, eligió una noche a una chica, la cual le suplicó que la sacara de allí. Él se limitó a consumirla y a contar después a sus allegados la «chocante» experiencia. Esta anécdota le produjo a esta investigadora un sentimiento de culpa durante años, por no haber hecho nada. Pero al llegar a la universidad decidió que era el momento de tomar partido. Así, comenzó a trabajar en esta línea de investigación y sensibilización, que ya cumple más de ochos años, y ahora, esta doctora en Ingeniería Agrónoma en la UMH.

La directora del Centro Interdisciplinar de Estudios de Género y coordinadora del Observatorio sobre la Trata, fundamentalmente de mujeres, niñas y niños con fines de explotación sexual.

Por fin la prostitución ha entrado en la agenda política del Gobierno central. ¿Qué espera que ocurra?

La explotación sexual de las mujeres mueve muchísimo dinero. Asimismo, la costumbre prostituyente masculina es enorme y se extiende por todos los estamentos sociales, incluidos los políticos. Esto es sin duda un gran problema que ralentizará los logros para acabar con esta lacra social, y es esperable toda clase de resistencias, pero estoy convencida de que la perseverancia por hacer ver que el consumo de prostitución es incompatible con una sociedad igualitaria, ganará la partida.

El Consell también prepara una ley en este sentido...

Esta iniciativa surge a raíz del excelente trabajo de la parte social, que ha desarrollado un encomiable trabajo de información y de presión a la clase política para que esta ley salga adelante. Así que lo correcto será que se siga la hoja de ruta prometida, independientemente de los tiempos marcados para la ley del Gobierno central, y la Comunidad se atreva a ser pionera. Sería sin duda un gesto muy claro de que se lo está tomando en serio.

¿Cómo ve usted esta lacra?

El problema de la prostitución radica en normalizar la costumbre masculina de consumir cuerpos de mujeres y niñas, pues, este sesgo tan enorme entre fuerte demanda y mínima oferta voluntaria, ha provocado y provocará siempre, la captación de mujeres y niñas pobres y vulnerables para la explotación sexual. Mientras sigamos normalizando y fomentando la demanda masculina, la prostitución seguirá siendo la más sangrante violencia de género a la que nos podamos enfrentar y nunca podremos separar trata de prostitución.

¿Cómo se puede cambiar la mentalidad de quienes no entienden que las mujeres no se prostituyen porque quieren, sino porque son rehenes, están amenazas a través de sus familias de origen tras venir engañadas y que ir a un prostíbulo es sinónimo de esclavitud?

A la mayoría de los puteros no les preocupa si la mujer ejerce voluntariamente o no. Prefieren incluso mujeres vulnerables que no ofrezcan resistencia a sus demandas. Como ellos definen, «sin límites». La clave está en cambiar la mentalidad de los hombres no consumidores para que se atrevan, de una vez, a interpelar a los puteros de su entorno, no participando de la fratría que todo putero busca para justificarse ante sus iguales masculinos. Cuando el hombre igualitario comprenda que su activismo contra la prostitución es clave para ser ejemplo a las nuevas generaciones, entonces sí que conseguiremos acelerar los logros para reducir drásticamente la demanda.

Usted y su equipo pusieron en marcha un congreso internacional sobre la trata en 2018 que significó un antes y un después, por lo menos en la UMH y en Elche. ¿Qué cree que se consiguió con aquello?

El congreso reunió a más de 400 personas, cifra que aumentó en 2019, a pesar de volver al formato de jornada. Esto indica que nuestro trabajo está consiguiendo ser un referente capaz de sensibilizar a una ciudadanía que va conociendo la realidad del sistema prostitucional, y que demanda cada vez más formación para actuar con responsabilidad y activismo. Nuestro equipo asume el compromiso de dar continuidad a este trabajo. Y, por supuesto, seguiremos investigando y organizando eventos.

¿Qué investigaciones están llevando a cabo?

Desde diciembre de 2020 y hasta 2022 estamos en un proyecto de cooperación con la Fundación Orígenes-Colombia y la Fiscalía General de la Nación de Colombia, financiado gracias al convenio entre el Consell y el Servicio de Relaciones Internacionales de la UMH. En él tenemos objetivos de investigación comparada España-Colombia sobre la prostitución y la trata, así como el diseño de formación. Además, junto con las compañeras del área de Psicología Social de la UMH, Carmen Terol y Maite Martín-Aragón, continuamos ampliando y publicando los estudios sobre actitudes hacia la prostitución de diferentes colectivos. Esperamos lograr financiación, solicitada en 2020 tanto al Ministerio como al Consell, que nos permita ampliar los estudios. Con la ONG Asti de Alicante hemos publicado y seguimos recabando datos sobre los talleres de sensibilización que se vienen impartiendo a adolescentes. Y, por supuesto, están los trabajos sobre masculinidades que lidera la doctora Anastasia Téllez.

¿Cómo cree que ha afectado el covid a esta lacra? Lo digo porque los proxenetas siguen exigiéndoles las «deudas» aunque no haya clientes, y también la venta de sexo por internet se ha disparado...

El confinamiento y el cierre de prostíbulos de carretera ha provocado situaciones de auténtica desesperación en estas mujeres. Sin ir más lejos, en pleno confinamiento intervine en un caso de explotación sexual de una chica que denunció estar siendo trasladada clandestinamente a prostíbulos escondidos en parajes rurales, sin tener opción a negarse. A la venta de sexo por internet quizá se hayan apuntado coyunturalmente quienes ejercen la prostitución libremente y han tenido recursos para hacerlo. No tengo datos para confirmarlo, pero a las explotadas, o las han tirado a la calle o las han seguido prostituyendo en lugares más escondidos, porque la demanda no ha parado de buscar seguir consumiendo. Por ello urge la puesta en marcha de la reciente ley, en vigor desde el 26 de marzo de 2021, de medidas urgentes en materia de protección y asistencia a las víctimas de violencia de género, en el contexto de confinamiento, donde, por fin, se considera la obligación de atender también a las víctimas de explotación sexual y trata.

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