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Tribuna

Al Palmeral hay que defenderlo mejor

AL PALMERAL HAY QUE DEFENDERLO MEJOR

Ya han terminado las comparecencias en Les Corts Valencianes sobre la nueva Ley del Palmeral. Ha sido una experiencia muy interesante. Se han podido contrastar opiniones diversas sobre un proyecto de ley que ya está preparado para su debate parlamentario. Una lástima, y ha sido una queja casi unánime, no haber tenido la oportunidad de participar con antelación a su preparación. Se hubiera ganado en calidad de la propuesta y, sobre todo, tiempo, ya que lleva empantanada casi cuatro años, tiempo en el que el Palmeral de Elche ha seguido padeciendo una situación muy mejorable.

De las intervenciones escuchadas, de colectivos y personas interesadas en el tema así como de técnicos, municipales o no, llama la atención la ausencia de que no lo haya hecho ningún representante del equipo de gobierno. Se desconoce porqué ningún miembro, ni siquiera el concejal responsable del tema, quiso informar directamente a los representantes autonómicos de los valencianos que, después, tienen la responsabilidad de debatir y aprobar la Ley. O no tenía nada que decirles o pensaba que este era un trámite sin más trascendencia. Una oportunidad perdida, en todo caso.

Desde Volem Palmerar, junto a otros intervinientes, hemos querido llamar la atención sobre las necesidades que la nueva Ley debe contemplar para que sea eficaz en la protección del Palmeral: No se debe permitir más ladrillo en los huertos sitos en zona Unesco y Núcleo. Demasiado hay ya para construir más. Dejar puertas abiertas a que, por razones culturales, turísticas... se puedan ubicar más construcciones en ellos es permitir, por la puerta de atrás, que se sigan transformando los huertos en otra cosa, que podrá ser muy bonita o muy rentable económicamente, pero no es eso lo que declaró protegible la Unesco ni lo que Elche necesita. Búsquense espacios alternativos cercanos y dejen libres los huertos de estos usos.

Igualmente estos huertos más sensibles deben protegerse del encaperuzado. Existiendo muchas zonas fuera de esta calificación, no tiene sentido mantener esa posibilidad en ellos. Y hay que prever medidas para ir recuperando huertos que dejen de tener la actividad que, en su día, allí se ubicó como ha sido el caso de algunos colegios, por ejemplo. También se debería recuperar la calificación como suelo rural de los huertos, tal y como estaba en el borrador de la Ley.

Y, ante todo, lo que debe cambiar es la percepción de la Administración, a todos los niveles, de la importancia del palmeral. Desde el Gobierno del Estado, que debería apoyar más a un Patrimonio de la Humanidad como es el Palmeral, a una Generalitat que, prácticamente, pasa de puntillas sobre el mismo. Las ayudas y preocupaciones son mínimas. Debe ayudar a buscar financiación para su mantenimiento, al igual que hace, por ejemplo, con la Albufera de Valencia. Se le echa bastante de menos, no es justo que sólo sea el Ayuntamiento de Elche el que asuma el mantenimiento de este bien.

Aunque el que más tiene que cambiar su política sobre el palmeral es el propio Ayuntamiento. Parece que el hecho de que sea Patrimonio de la Humanidad sólo le es útil para la publicidad. Nunca ha adaptado su PGOU a esta nueva realidad. Sigue viendo el palmeral como algo demasiado costoso para sus arcas y en lo que debe ahorrar. De ahí viene la paulatina reducción de su plantilla de palmereros y de medios para su cuidado; la nula política de ampliación y renovación de ejemplares; el desprecio con el que se tratan en vía pública, ahogándolos en cemento; la creciente cantidad de palmeras que no se reponen (parece que así ocasionan menos gastos); la despreocupación por un riego eficiente y con unas aguas adecuadas que permita que las palmeras no sufran el escuálido riego que hoy tienen, y que motiva la cada vez más frecuente caída o tala de ejemplares; o la obsesión por eliminar cualquier vegetación que crezca en los hoy yermos bancales, utilizando, además, grandes cantidades de pesticidas y con renuncia a devolver un uso agrícola a los mismos; la despreocupación por la investigación (lo del Instituto T. de la Palmera ha sido una tomadura de pelo); etc.

La nueva Ley debe aprobarse, pero debe mejorarse en estos aspectos muy importantes y, ante todo, el Ayuntamiento también debe mejorar su trato al palmeral para evitar que, poco a poco, desaparezca.

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