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Día de compras en el segundo lunes de Mona en Elche

Los centros comerciales registran una gran afluencia de público en una festividad local que se vive de forma atípica

Gente haciendo sus compras durante la jornada festiva de ayer en L’Aljub y El Corte Inglés. ANTONIO AMORÓS

Día de contrastes. Elche celebró ayer un segundo Lunes de Mona un tanto atípico. Las grandes superficies comerciales abrieron sus puertas pese a ser día de fiesta local y registraron una gran afluencia. Y el Pantano volvió a ser la estrella de los encuentros al aire libre, algo que no se dio en las playas, como en otros años, por los cielos nubosos y la amenaza de tormenta.

Las compras en los centros comerciales fueron las grandes protagonistas del segundo Lunes de Mona y festividad de San Vicente, una jornada sin grandes planes lúdico-festivos, ni encuentros y con la vista puesta en el cielo que amaneció cubierto. 

Los centros comerciales L’Aljub y El Corte Inglés pidieron abrir para tratar de reactivar las ventas en este año complicado y se llenaron. Y esto fue posible tras ratificar el cambio de festivos aperturables la Conselleria de Comercio, de manera que se ha tenido que intercambiar este 12 de abril por el primer domingo de rebajas de verano, el 4 de julio. La amenaza de lluvia hizo que muchos decidieran refugiarse bajo techo y darse un paseo por las tiendas de ropa y de calzado y pasar así el día en familia. 

La afluencia de clientes en las grandes superficies fue llamativa, recordando incluso a algunos sábados, lo que contrarrestó con los pequeños comercios que tuvieron la persiana bajada, al igual que los mercados de abastos y hasta algunas cafeterías optaron por descansar. 

La ciudad se despertó sin apenas tráfico ni gente por la calle, pero a mediodía ya se empezó a notar movimiento y los bares fueron llenando sus terrazas. Una minoría de establecimientos como gimnasios se decantaron por dar servicio tras semanas asfixiados por los cierres. Los supermercados tampoco abrieron, en general, sus puertas.

El Pantano y el resto de espacios naturales fueron otros lugares escogidos para pasar el día de San Vicente

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Las playas tampoco fueron el escenario preferido por los ilicitanos para comerse la mona como en años atrás. Ni las de Elche, ni las de Santa Pola. Los quince grados y los cielos nubosos que predominaron durante prácticamente toda la mañana, excepto cuando hubo algún que otro rayo de sol, no acompañaron para pasar mucho tiempo en la orilla. 

De nuevo, las rutas y el senderismo fueron el plan escogido por muchos para poner el broche de oro al puente. El Pantano, el lugar estrella de la pandemia en Elche, volvió a acaparar las visitas. Hubo quienes prefirieron solo salir a caminar y comer en casa, mientras que los más animados, madrugaron para coger mesa en el merendero con tal de poder comer, ya en grupos de seis, al aire libre. 

Este punto se ha puesto especialmente de moda en el último año por el tirón que están teniendo los espacios naturales para huir del coronavirus. Algo que ha llevado a que se produzcan aglomeraciones en determinados momentos y a que la Policía Local tenga que vigilar con más hincapié el sendero en días festivos como el de ayer por las «peregrinaciones» en masa que se producen en esta zona.

 El Clot de Galvany y el Parque Natural de El Hondo fueron otros de los parajes naturales escogidos para pasar el día, lugares que también han experimentado un incremento notable de visitantes los fines de semana y los festivos, según indicaron sus responsables a este medio. 

Y así, entre compras o en plena naturaleza transcurrió ayer un día de mona que al final vio salir el sol.

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