La Asociación de Elche Isabela, que nació para ayudar a los niños que han sido víctimas de violencia de género, ha querido dar un paso más en su empeño de asistir a los colectivos que sufren violencia en alguna de sus manifestaciones. En sus, casi, dos años como asociación, han conocido de primera mano las necesidades de las familias que acuden a la asociación en busca de auxilio.

El contacto directo con las víctimas y los afectados y la escucha activa de las personas a las que atienden les obligó a crear nuevas fórmulas de apoyo. Y fue así como nació el proyecto bautizado “Menores color Esperanza” para una atención psicológica más especializada en menores que sufren o han sufrido víctimas de violencia.

Por este nuevo proyecto la Asociación Isabela recibió el pasado 15 de abril una aportación de 5.000 euros de la Fundación “la Caixa” a través de CaixaBank que fue entregada por Carlos Melero Fos, director de área de Negocio de Caixa Bank en Elche a su fundador, el escritor Juanjo Soriano para contribuir en el desarrollo y ejecución de “Menores color Esperanza”.

Según la ONU Mujeres, una de cada tres mujeres en el mundo sufre violencia sexual o física, en su mayoría, por parte de su pareja. La violencia contra las mujeres y los niños constituye una violación de los derechos humanos.

Desde que se desató el brote de covid-19, los nuevos datos e informes que presentan quienes están en primera línea revelan que se ha intensificado todo tipo de violencia contra las mujeres y los niños, sobre todo, la violencia en el hogar. Por esta razón y conscientes de la necesidad de ayuda y de la intervención que necesita este colectivo que, en la mayoría de los casos, también tiene precariedad económica, la asociación ilicitana agradece la colaboración de la Fundación la “Caixa” para poder atender y ayudar a quien más lo necesita. Ya que existen muchos tipos de violencia, desde la más simbólica, pasando por la económica y laboral, hasta física, mental y sexual.

El destino íntegro de los 5.000 euros se invertirá en ayudar de forma psicológica a los menores víctimas de cualquier tipo de agresión. De esta manera se les ayuda a que puedan reforzar su defensa y denunciar la situación a la que se enfrentan. Un paso más en la erradicación de esta lacra social que es la violencia, en cualquiera de sus vertientes.