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Un ilicitano fallece de un infarto cerebral ocho días después de recibir la vacuna de AstraZeneca

La familia asegura que tras inocularse la dosis el afectado empezó a encontrarse mal con fuertes pinchazos por varias partes del cuerpo

Vacunación masiva contra el coronavirus en el pabellón de El Toscar de Elche Antonio Amorós

Un ilicitano de 64 años fallece de un infarto cerebral ocho días después de recibir la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus. La familia del fallecido achaca que las complicaciones han podido estar relacionadas con la inoculación de la dosis aunque exponen que los médicos le aseguraron que la vacunación no supondría riesgos, a pesar de la patología que arrastraba Juan Carlos, una enfermedad pulmonar inflamatoria crónica conocida como EPOC.

Dos días después de que le suministraran la dosis sufrió una aneurisma, enfermedad cerebrovascular que favorece las trombosis y que pueden derivar en una embolia cerebral.

Fuentes cercanas a la dirección del hospital apuntan que no pueden hacer ninguna declaración sobre este caso particular por tratarse de información confidencial.

Hasta la fecha no hay una evidencia científica clara que relacione el riesgo de trombosis y más complicaciones cerebrales con la vacuna de AstraZeneca. La propia Sociedad Española de trombosis explicaba que el riesgo de trombos es mucho mayor si se contrae el virus que con la dosis alcanzando el 5% de los hospitalizados. De igual forma, la Agencia Europea del Medicamento apuntaba que la incidencia de trombos se da entre 0,65 casos por cada 100.000 habitantes que se vacunan.

A pesar de estas remotas cifras, la familia de Juan Carlos teme que la vacuna estuviese relacionada con su muerte. Tal y como relata su entorno, este usuario acudió a vacunarse el pasado 6 de abril al polideportivo El Toscar de Elche pasadas las 17 horas. Según explica su hija, Jimena Martínez, su padre llamó varias veces a su centro de salud para que le explicasen si había contraindicaciones y le indicaron que en el punto de vacunación el personal le explicaría. Según relata esta familiar, no apreciaron que hubiese problemas para la inyección.

Esa misma madrugada su padre se levantó de madrugada con fuertes dolores de cabeza y tomó Paracetamol como le habían recomendado, asegura. Al día siguiente, miércoles, empezó a notar de forma intermitente varios pinchazos en varias partes del cuerpo como el pulmón, el corazón, los riñones o la cabeza, aunque tal y como relata la familiar los dolores cesaron.

Un día más tarde, jueves, cuando acudió a su trabajo, en una empresa local de electromecánica, se desmayó y terminó vomitando, explica su hija. Entonces los compañeros del trabajo avisaron a emergencias y un SAMU lo desplazó a Urgencias del Hospital General de Elche, y se encontraba consciente.

El informe médico facilitado a INFORMACIÓN apunta que una vez llega al hospital se le realiza un TAC y se detecta «HSA sugestiva de rotura aneurismática», es decir, sangrado en la zona comprendida entre el cerebro y los delgados tejidos que lo cubren.

El viernes 9 de abril fue trasladado a la UCI del Hospital General de Alicante para realizarle más pruebas específicas y controlarle la coagulación de la sangre. Aunque parecía estabilizarse a la mañana siguiente la medicación que le estaban suministrando no surtía efecto. Les comunicaron que habían aparecido algunos trombos en la cabeza, según relata el entorno familiar.

Su estado era tan crítico que no se autorizó otra intervención y tres días más tarde falleció por muerte encefálica. También le observaron signos de edema cerebral por el que aumentó la presión en el interior del cráneo y le originó falta de oxigenación y degeneración celular.

El entorno familiar apunta a este diario que se siente impotente por la forma en la que se han desarrollado los acontecimientos. Temen que la vacuna le ocasionase efectos que derivaron en la muerte, ya que aseguran que nunca antes de que se le suministrase la dosis había manifestado problemas similares. Por el momento no pretenden emprender acciones legales. «Dinero no queremos porque una persona no va a volver, solo queremos que se sepa, que se investigue más la vacuna o que miren más los historiales de la gente», apostilla Jimena Martínez.

Trombos en 0,65 casos por cada 100.000 habitantes

La Agencia Europea del Medicamento apunta que el riesgo de sufrir trombos por la vacuna de AstraZeneca tiene que seguir documentándose aunque por ahora solo se han dado 0,65 casos por cada 100.000 habitantes. En la provincia, de confirmarse la relación, el caso del hombre de Elche sería el segundo, por el que dan la voz de alarma después de que se registrasen trombos en un trabajador de la cárcel de Villena.

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