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El Clot, refugio del nenúfar

El paraje natural ilicitano incorpora por primera vez ejemplares de esta planta acuática que está amenazada para que pueda expandirse por las charcas - El fin es mejorar la biodiversidad y preservar su material genético

Técnicos medioambientales enraizando los nenúfares blancos en la jaula habilitada en una de las charcas.

El Clot de Galvany se ha convertido desde esta semana en el refugio del nenúfar blanco, una planta acuática amenazada y que, al menos en la Comunidad Valenciana, está desapareciendo progresivamente de los distintos marjales. Para que la especie pueda tener la oportunidad de reproducirse, la Conselleria de Medio Ambiente ha introducido este viernes en el paraje ilicitano tres ejemplares dentro del programa autonómico para salvaguardar especies amenazadas y restaurar humedales. Por ahora las plantas permanecerán una temporada en una jaula homologada para evitar amenazas de depredadores como la tortuga florida o carpas, ya que el objetivo es que la especie pueda reproducirse a medio plazo por todas las charcas.

Juan Carlos Aranda, director y conservador del Clot, apunta que la misión es que haya un salto de diversidad y que el entorno natural sirva de santuario para apoyar especies amenazadas como esta, de la que no hay citas históricas sobre su presencia hace décadas en la zona. «Además puede servir de refugio contra la depredación para larvas de anfibios y pececillos como el fartet», apuntaba el experto a pie de campo.

Cuando llegue el momento harán extracciones de la planta madre para que se reproduzca, aunque también podría hacerlo de forma natural por dispersión de semillas, indica Aranda. El momento más esperado será cuando en primavera y verano brote la reconocida flor blanca.

Estos ejemplares se han introducido en la charca artificial del parque, la conocida como la de las anátidas porque predomina este tipo de fauna. Se ha elegido este espacio por tratarse de un entorno seguro ya que el acceso está más restringido y hay más vigilancia que en otras zonas abiertas del Clot.

Hay que tener en cuenta que el paraje ilicitano se convierte en el segundo de la provincia que incorpora estas especies, por detrás del marjal de Pego-Oliva. El único rincón más donde se aprecia es en la Albufera de València mientas que ha ido desapareciendo de otros puntos como Castellón, Almenara o el marjal de la Safor.

La elección de este entorno atiende a condiciones ambientales, ya que al tratarse de una charca artificial es más fácil controlar los niveles del agua. Por ahora descartan que pueda probarse esta introducción en El Hondo ya que su supervivencia sería más complicada por el estado del agua, apuntan técnicos de Medio Ambiente.

Los nenúfares permanecerán un tiempo en una zona habilitada para que puedan sobrevivir. | ANTONIO AMORÓS

El Clot, sin embargo, es un entorno de alguna manera testeado ya que hace tres años se introdujo el micrófito acuático Ceratophyllum submersum. Esta es otra planta acuática que también se encuentra en peligro de extinción y es más complicado ver al estar sumergida.

Tal y como apunta Aruca Sebastián, técnica de flora acuática de VAERSA (empresa pública de la Conselleria que presta servicios de gestión medio ambiental), « ha habido un muy buen desarrollo de la primera planta y del 1% que se pudo introducir en la charca ahora podría estar reproducido al 50%, por lo que se está reproduciendo y cuando alcance cinco años se consideraría población estable», señala la experta.

En este sentido, si esta planta acuática ha podido sobrevivir todo hace pensar que los nenúfares también lo hagan. Ambas especies contribuirían a depurar el agua, así como servir de refugio y de comida a pequeños o grandes animales.

Según expone esta especialista, si funciona la reintroducción esperan que el Clot se convierta en una de las principales reservas de material genético, ya que el entorno puede ser una fuente de recursos para reproducir nenúfares. La previsión es que en las próximas semanas se vea la evolución, aunque ya anticipan que este tipo de planta costará más de reproducirse.

Eslabón de la cadena

Por otro lado, señalan que este tipo de macrófitos son importantes en el ecosistema porque suponen el primer eslabón de la cadena alimenticia. Supone nutrientes para otros especies y es uno de los refugios preferentes para el zooplancton, alimento a su vez de peces y moluscos. Carlos Peña, técnico también de este programa de preservación de especies, fue uno de los encargados este viernes de enraizar los nenúfares con el lodo de la charca. Apuntaba que la iniciativa persigue aumentar la supervivencia de estas especies.

A partir de ahora se les hará un seguimiento por parte del personal del parque y a nivel autonómico.

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