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Javier Tello Bellosillo Director general del CEU

«La simbiosis del CEU con Elche es perfecta y la queremos exportar a más ciudades españolas»

Tras más de dos décadas de presencia en Elche, Javier Tello considera que la integración del CEU en la ciudad ha sido perfecta. El director general de la institución ha visitado esta semana la sede ilicitana en un momento clave, en el que se busca crecer con la compra del edificio que dejó Zara.

El director general del CEU, Javier Tello Bellosillo, durante su visita de esta semana a Elche. | ANTONIO AMORÓS

El CEU Cardenal Herrera se instaló en Elche en 1999, ¿cómo valoran estas dos décadas?

La valoración es muy positiva. Llevamos más de 20 años aquí, con un crecimiento muy grande y un campus universitario con más de 2.000 alumnos, entre grados y postgrados. Seguimos siendo una Universidad elegida por los ilicitanos con mucha preferencia, en el último año hemos crecido cerca de un 20%. Eso, en tiempos como los actuales, señala que nos aprecian. Cuantas más personas podamos formar y educar en nuestros valores de humanismo cristiano, mejor.

¿Cuáles son los planes del CEU para Elche a corto plazo?

Tenemos una apuesta muy contundente de consolidación y crecimiento. Queremos implantar nuevas titulaciones para ofrecer una formación más completa y competente. Por eso queremos ampliar plazas y contar con titulaciones bilingües en lengua extranjera. Hemos invertido en la obra de Carmelitas para conseguir un edificio del siglo XXI. Eso demuestra que nuestra apuesta por Elche es decidida, es uno de nuestros campus más importantes. Nos sentimos muy queridos.

Comentaba que quieren ampliar sus titulaciones...

Estamos pensando en títulos nuevos pero tengo que ser discreto. Son títulos que tienen mucho sentido y que completan nuestra oferta educativa. Pensamos en la educación que puede enriquecer a la sociedad en la que estamos ubicados. Queremos que las personas que vengan al CEU logren una empleabilidad de calidad.

¿Qué puede contar sobre la compra del edificio de Zara?

Puedo confirmar que estamos buscando distintas ubicaciones en Elche porque nuestros dos centros actuales ya no tienen más cabida, lo que es una bendición. Buscamos emplazamientos para las nuevas titulaciones, algunas de las cuales demandan una gran superficie de metros cuadrados.

El modelo que han implantado en Elche, ¿lo pueden trasladar a otras ciudades españolas?

El modelo de Elche identifica mucho al CEU. Nosotros somos docentes por vocación y queremos transformar la sociedad. Nuestra vocación ha cristalizado en Elche de manera natural y ejemplar. Hay una simbiosis perfecta con los ilicitanos. Estamos mirando cómo exportar esto a otros lugares. Tenemos proyectos en dos emplazamientos españoles y uno de ellos va a ser gemelo de Elche. Ya nos gustaría que saliera tan bien como aquí. Queremos que se nos perciba como un colaborador del bien común a través de la educación.

¿Una ciudad como Elche tiene cabida para 3 universidades?

Creo que sí. Mi visión de esta ciudad y su entorno me dice que sí. Más que de tres universidades, hablaría de tres proyectos universitarios diferentes y complementarios. Nosotros representamos una educación humanista, una formación integral de las personas. En esta región tiene raíces y, en ocasiones, necesita ser despertada. Hay hueco para los tres proyectos. Elche y su entorno es una de las zonas con más cultura y vocación empresarial. Se apuesta por la prosperidad, el bien común y la transformación social. Esa visión es muy de la región y nosotros la compartimos.

¿Cómo es la relación del CEU con las otras universidades?

La relación es buena, aunque pequeña. Somos una fundación, nuestro motivo no es económico. Miramos la docencia, la investigación y la digitalización como herramientas que ponen en el centro a la persona. Los beneficios se reinvierten y somos generosos con las becas. Este año hemos dado doce millones en becas porque la educación es una misión. Por eso nos entendemos mejor con las universidades con vocación fundacional.

Las universidades públicas llevan años reivindicando una mayor financiación, ¿cuál es su situación al respecto?

Somos instituciones con cero financiación pública. Generamos los recursos que necesitamos para seguir actuando, lo que nos hace muy libres respecto a la dependencia de los fondos públicos. También nos dificulta adentrarnos en el mundo de la investigación, porque requiere de muchos medios. A nosotros nunca nos escucharán hablar de déficit de financiación porque solo conseguimos prosperar en la medida en que los alumnos nos eligen. Nuestro camino es más exigente pero también más libre.

La internacionalización también es clave para el CEU...

Estamos muy comprometidos con la internacionalización. En Elche más del 20% de los alumnos de este año son de fuera. En el conjunto del CEU son extranjeros un 23 o 24% de los estudiantes. Esto nos ofrece un ambiente bueno porque lo importante de la Universidad es la experiencia que se vive en ella. Un campus internacional ofrece un enriquecimiento enorme que hay que cuidar. La realidad social, económica y cultural es global. Para nosotros es fundamental que los estudiantes no pierdan la referencia de lo exterior y queremos que en 2025 un tercio de los estudiantes sean extranjeros.

¿Cómo han vivido el proceso de digitalización que se ha acelerado con la pandemia?

Como el resto, de la noche a la mañana nos vimos con los alumnos y los profesores en sus casas. En 48 horas logramos que todo el CEU, 39.000 estudiantes, estuviera recibiendo clases en sus domicilios. Fue gracias a la tecnología y al compromiso de nuestros docentes. Ahí nos dimos cuenta de que necesitábamos hacer un esfuerzo de sofisticación y amabilidad tecnológicas en las aulas.

¿De qué manera se conjuga el proceso tecnológico con la filosofía humanística del CEU?

La tecnología tiene la virtud de ayudar a evitar el apagón educativo. También nos acompaña de por vida, por lo que hay que saber dominarla. Más allá de eso, nuestros alumnos tienen que adquirir una forma de pensar, entender y actuar en la vida que les haga ejemplares. Nosotros queremos que nuestros estudiantes sean admirados y eso no lo transmite la tecnología. Pasar cuatro años o más en la Universidad no es solo aprender habilidades digitales, supone dar un salto en la vida.

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