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SALUD

Más kilos, ansiedad y peores hábitos alimenticios, lo que nos trajo la pandemia

Endocrinos del Hospital del Vinalopó explican que más de la mitad de la población tiene sobrepeso y admite no realizar ejercicio físico

Las ensaladas han desaparecido de muchas dietas durante la pandemia

Con la pandemia, por lo que se refiere a nuestra alimentación, se han juntado los cuatro jinetes del apocalipsis porque si difícil era llevar un control y evitar los malos hábitos, al cabo de un encierro tras otro nos ha vencido la pereza y el picoteo a deshoras. El servicio de endocrinología del Hospital Universitario del Vinalopó en Elche, adscrito al grupo Ribera, que gestiona está instalación pública alerta de que la pandemia ha propiciado hábitos de alimentación erróneos y un peor control de la ansiedad en la ingesta de alimentos. La UMH de Elche ya advirtió al comienzo de la crisis generada por el covid y el confinamiento que deberíamos llevar mucho cuidado porque nadie sabía cuándo iba a acabar esta situación.

Una actividad de cocineros de Eurotoques en Elche para enseñar a los niños a comer bien Antonio Amorós

Desorden

Según los expertos, la nueva normalidad en la que nos encontramos ha hecho aumentar la frecuencia de los patrones de alimentación disfuncionales. “A los pacientes les está costando más controlar la comida entre horas o picoteos, así como la ansiedad por la ingesta de comida, y falta motivación para comer bien y cuidarse”, asegura Guillermo Negueruela, responsable de endocrinología. Este especialista divide en dos grandes perfiles a estos pacientes: los grandes comedores, que aseguran que no se sacian fácilmente; y los picoteadores, que comen muy rápido y a deshora. Recuerda el doctor Negueruela que este problema se suma al que ya teníamos antes del Covid: “el 50% de la población tiene sobrepeso u obesidad. Mismo porcentaje de la sociedad española que reconocer que no realiza ningún ejercicio físico”.

 El desorden alimenticio producido por la depresión y la ansiedad requieren del soporte familiar para poder escuchar, prestar atención al peso, al patrón alimentario, a la realización o no de ejercicio y a los cambios de hábitos. “Es importante no culpabilizar a los pacientes, ofrecer compresión, entender que la obesidad es una enfermedad normalmente crónica donde el paciente no precisa que se le culpabilice, sino que se le entreguen las herramientas necesarias para conseguir un cambio de hábitos”.

Acento

 Los especialistas ponen en el acento en vigilar cambios importantes de hábitos como dejar de realizar ejercicio o dejar de salir a la calle, así como comer con gran ansiedad o presentar rasgos de depresión. “Debemos vigilar estas actitudes porque pueden enmascarar un cuadro de depresión o ansiedad generalizada de base por lo que precisarían valoración”.

La receta ya la sabemos: una vida activa, cultivar el apoyo familiar y las relaciones sociales para mejorar el ánimo y ansiedad

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 Para evitar los malos hábitos, desde el servicio de endocrinología recomienda incorporar el ejercicio físico en la forma de vida, cambiar hábitos alimentarios incorporando la dieta mediterránea evitando alimentos procesados, industriales, etc. Además, promueven una vida activa y cultivar el apoyo familiar y las relaciones sociales para mejorar el ánimo y ansiedad. “Es importante plantearse un objetivo claro y realista sobre la pérdida de peso y forma física que queramos conseguir, plazo y cambios que estamos dispuestos a realizar.

 “En el servicio de Endocrinología del Vinalopó nos encargamos, en colaboración con otros especialistas, de descartar causas secundarias de obesidad, control de las comorbildiades y ofrecer asesoramiento sobre dieta, ejercicio y tratamiento medico o quirúrgico a los pacientes que lo precisen”, asegura el Dr. Negueruela. 

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