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Los vecinos de Arenales piden ejecutar el derribo del hotel tras el verano para evitar molestias

La asociación vecinal ve un riesgo para los usuarios de la playa la demolición del edificio y la retirada del amianto - Una ordenanza prohíbe hacer obras en el litoral en temporada estival

Las ruinas del hotel de Arenales, en primera línea de playa, la última vez que el Ayuntamiento renovó el vallado.

Los vecinos de Arenales están deseando que las ruinas del hotel desaparezcan de primera línea de playa, y más después de conocer que los dueños que están preparando con la búsqueda de una empresa de demolición. Si embargo, lo que no quieren los residentes de esta pedanía costera es que las obras puedan estropearles el verano, por lo que piden que el derribo se ejecute después de la temporada estival. De hecho, la ordenanza municipal prohíbe desde 2016 realizar obras de demolición total o parcial, movimientos de tierra, excavaciones, cimentaciones y ejecución de estructuras en Arenales y La Marina para no generar molestias.

Por el momento, la propiedad del inmueble no ha dicho cuándo tienen previsto actuar, lo único que ha trascendido es que han visitado esta semana el esqueleto y que por orden de la Dirección General de Costas (que se pronunció hace un año) están realizando ya trámites para tirarlo abajo. Ante esos movimientos, el presidente de la asociación de vecinos, Fernando Cano, opina que a las puertas de la temporada estival y después de todo el tiempo que han tenido los propietarios, el derribo supondría ahora «estorbos y problemas».

El representante vecinal considera que el hotel «ya no pinta nada» y que es necesario limpiar toda la zona de primera línea por el «peligro e insalubridad que genera desde hace años». Y por eso urge dar una solución de forma definitiva al mal de la pedanía, aunque le preocupa el riesgo que puede tener para los usuarios de la playa el desmantelamiento del amianto que tiene las viejas estructuras, de ahí que insista en que lo mejor es esperar a que acabe la temporada estival.

El pedáneo de Arenales, Antonio Garzón, ve con dudas que la empresa esté dispuesta a cumplir con la orden de Costas, «son muchos los incumplimientos», dice, pero considera que la demolición tiene que hacerse ya, cuanto antes. Apela a que de una vez por todas se acabe con el «castigo visual» que sufren los vecinos cada día desde hace cuatro años y cree que la propiedad tiene tiempo de sobra para quitar de en medio las ruinas, porque todavía queda más de un mes para que empiece el verano. En su opinión, aunque es el organismo que depende del Ministerio el que tendrá que decidir qué se puede hacer en el lugar que ocupa el inmueble, es que allí se habilite un auditorio al aire libre. «Algo sencillo, una explanada para que la gente que tanto tiempo está conviviendo con esto pueda disfrutar de este lugar», señala.

Sea como sea, tras ver frustrada el intento de reconstruir el primer edificio que se levantó en los Arenales en los años sesenta, los vecinos esperan que esta vez sí sea la definitiva para tirarlo abajo. En 2017, tras paralizar Costas los trabajos y declarar que fueron ilegales porque se hizo obra nueva, la propiedad ya hizo un primer intento de demoler la parte nueva del complejo. Obtuvo incluso el visto bueno del organismo nacional para el derribo, pero luego el asunto se judicializó.

«Se resuelve un grave problema urbano y estético», dice el alcalde

El alcalde de Elche, Carlos González, aseguró que la decisión de los propietarios de demoler todo el antiguo hotel es «una excelente noticia para Arenales del Sol y para la ciudad, porque con el derribo se resuelve un problema grave urbano, ambiental, estético y de seguridad». El regidor añadió que «espero que la empresa pueda iniciar las obras del derribo cuanto antes para eliminar el riesgo que entraña la edificación y para acabar con el impacto visual que conlleva así como con las molestias a vecinos, bañistas y comerciantes». Carlos González se mantuvo cauto en hacer más declaraciones hasta reunirse con los propietarios para saber de sus intenciones sobre la demolición.

La dirección técnica del hotel insiste en que actuó bien

Desde la dirección técnica encargada en su día de sacar adelante el nuevo y ya inviable hotel de Arenales se defiende que los trabajos que se realizaron en la estructura siempre fueron en todo momento legales. «No se modificó ni un metro, ni en superficie ni en altura», indican desde la dirección, que matizan que lo único que se ha puesto en tela de juicio en todo caso ha sido «el proceso constructivo seguido, cómo se estaba materializando la obra».

Y es que durante los meses que estuvieron trabajando, una parte de la estructura antigua se vino abajo, además de constatar que las zapatas del edificio ya no cumplían con la normativa antisísmica, o el hecho de que eran necesarios nuevos pilares que sustituyeran a los existentes y que contienen amianto. «Cumplimos en todo momento con la licencia que teníamos, pero lo que había era insostenible, físicamente era imposible hacerlo de otro modo porque el edificio se deshacía», agregaron al diario.

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