De bien nacidos es ser agradecidos, y el Ayuntamiento de Elche cumplió ayer con uno de los grupos de profesionales a los que más gracias hay que dar, al de los sanitarios, con ocasión del Día Internacional de la Enfermería. Al acto en la Plaça Baix se sumaron miembros del Colegio Oficial de Enfermería de Alicante, del Hospital General de Elche y del Hospital Universitario del Vinalopó, para escuchar la lectura de un manifiesto.
El acto incluyó un minuto de silencio en homenaje a todos los profesionales sanitarios fallecidos durante la pandemia y de aquellos que llevan más de un año jugándose la vida y luchando día tras día para acabar con la crisis sanitaria de la historia reciente. Precisamente ayer solo había dos personas ingresadas por covid en los centros sanitarios ilicitanos.
El alcalde, Carlos González, recordó «la noble y valiosa labor de los enfermeros y enfermeras que han expuesto su vida velando por la protección de la salud de los demás. Habéis sido los auténticos héroes de la pandemia. Recibid nuestra consideración, gratitud, admiración y respeto por el valor, entrega y cariño con el que sabemos que desempeñáis vuestra bella profesión», dijo. Tras el minuto de silencio, las encargadas de leer el manifiesto han sido Nuria Gregori Flor, enfermera en la Unidad de Calidad; Inés Sánchez Pina, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Enfermería de Alicante; Ana Belén Agulló, jefa de Enfermería en IMED Elche y Nuria Hernández Ruiz, coordinadora de Enfermería del Centro de Salud de Crevillent.
Las sanitarias han explicado que «este año, junto a 2020, cobra más importancia si cabe la celebración de nuestro día internacional. Durante 14 meses, hemos dado todo de nosotras y nosotros para ayudar, cuidar y salvar vidas». Asimismo, han añadido que «las enfermeras y enfermeros del mundo, y de nuestro país en particular, se han enfrentado a los momentos más duros de sus vidas y ahora debemos recompensar ese esfuerzo. En definitiva, los aplausos del principio del confinamiento tienen que convertirse en hechos y este minuto de silencio debe ser el principio de un nuevo rumbo donde la profesión enfermera reciba un trato digno por parte de las administraciones».
