Un operario enfundado de arriba abajo con un traje blanco fumigando con glifosato en un huerto junto al colegio El Palmeral hace apenas unos días ha vuelto a desatar la polémica por el uso de plaguicidas en Elche. Volem Palmerar se ha hecho eco de un vídeo en el que se inmortaliza esta acción y ha vuelto a cargar contra el Ayuntamiento. El concejal de Parques y Jardines, Héctor Díez, aseguró que su uso está reducido al máximo y que se fumigó a 20 metros del centro educativo, después de haberlo señalizado con carteles.
La presión para acabar con los pesticidas en Elche no es nueva por parte de los colectivos proteccionistas y ecologistas que llevan años pidiendo a los servicios municipales que dejen de utilizar de este tratamiento tan polémico por contener sustancias químicas y nocivas. El equipo de gobierno de PSOE y Compromís lleva comprometiéndose en los dos últimos mandatos a reducir el tratamiento, pero las críticas no cesan.
Volem Palmerar considera que se están «envenenando» las pocas plantas que quedan en los huertos y de hecho ha promovido una campaña por redes sociales para «inundar» de correos electrónicos la concejalía de Parques y Jardines.
Ante ello, el edil del área ha garantizado que el producto que se utiliza está homologado por el Ministerio y que el Ayuntamiento ha limitado su uso a prácticamente zonas en las que los matorrales afectan a las acequias de riego del Palmeral.
De hecho, hasta hace poco en Elche este pesticida se estaba utilizando también en márgenes de carreteras y medianas. Algo que según Héctor Díez, se ha dejado de hacer porque a la UTE de limpieza se le ha encomendado la labor de encargarse de este cometido y descartó que vayan a emplear glifosato para ello. «Van a utilizar unas hélices para recortar las malas hierbas, aunque eso suponga tener que hacerlo con más frecuencia», señaló el concejal de Parques y Jardines.
En opinión de Susi Gómez, de Volem Palmerar, que ya se pronunció hace años contra esta práctica municipal, «es necesario un cambio profundo en la gestión de nuestras zonas verdes, incluyendo en ellos a nuestro palmeral. Ese cambio incluye, entre otras cosas, el abandono de las prácticas agrícolas que empobrecen dichos espacios, entre ellas el uso de herbicidas.
Las mal llamadas «malas hierbas» cumplen un cometido fundamental en la mejora de los suelos y de calidad del aire y en el aumento de la biodiversidad , y estas importantes funciones hay que ser capaces de transmitírselas a la población en general», aseguró en una entrevista en este diario.
