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El jardín del Edén, un paraíso infernal en Elche

La parcela colindante de un vecino de Santa Ana se ha convertido en un vertedero industrial ilegal ante la mirada de las administraciones

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Así es el jardín del Edén de Santa Ana, en Elche Völker Behagel

«El jardín del Edén». Así es como Völker Behagel denomina a su finca, ubicada en la partida de Santa Ana. Este alemán prejubilado convirtió un viaje turístico, en el destino en el que pasaría más de la mitad de su vida y donde levantó su hogar, su paraíso, su jardín del Edén. Con una naturaleza que invade los sentidos, Völker creó una parcela que te transportaba a la relajación absoluta. Hablamos en pasado porque la estampa ya no es la de un paraíso. Desde hace cinco años, en la parcela colindante, opera una empresa de construcción sin ningún tipo de autorización en la que los ruidos, los escombros acumulados y las deposiciones de aceite extraído de camiones le han robado el protagonismo a la estampa bucólica. Tras cuatro denuncias dirigidas al Seprona, Policía Autonómica, Ayuntamiento de Elche, e Industria, todo continua igual.

Parcela colindante en la que una empresa lleva a cabo actividades ilegales. | ANTONIO AMORÓS VERÓNICAROCHE

Con poco más de 200 habitantes censados, la pedanía de Santa Ana es una de las más pequeñas en superficie del término municipal de Elche. Está ubicada en la parte nordeste del municipio ilicitano, lindando con las pedanías de Les Vallongues, Jubalcoi, Salades, Torrellano y los municipios de Monforte del Cid y Alicante. Se trata de una partida rural que carece de núcleo urbano. La partida te transporta a otro mundo, concretamente uno donde los contenedores están a rebosar de basura no recogida desde hace días y donde las carreteras son de difícil acceso.

Parcela colindante en la que una empresa lleva a cabo actividades ilegales.

En 2016 llegaron a la parcela vecina de Völker nuevos inquilinos. En esos momentos, el terreno se encontraba totalmente desierto. Comenzaron a llegar los problemas. De la noche a la mañana, una empresa alicantina de obras hidráulicas, excavadoras, camiones y grúas levantó una nave prefabricada, utilizada en las obras de construcción y a partir de ahí un sinfín de camiones y escombros comenzaron a acampar a sus anchas sin autorización. Con la necesidad de poder tener electricidad, la empresa que opera descargó un motor diesel para administrar luz. Asimismo, en el terreno hay un tanque de gasóleo de 40.000 litros y, además, en él se vierten los líquidos utilizados para repostar y reparar los camiones de dicha entidad.

Con todo ello, Völker intentó en reiteradas ocasiones hacerle saber a los propietarios la situación infernal que le generaba dicha actividad ilícita. Solo obtuvo amenazas.

A finales de 2020, Völker, preocupado por el futuro de su paraíso ante la nula supervisión y acción por parte de las autoridades de lo que sucedía a espaldas de su casa, decidió emprender acciones legales. El alemán ha interpuesto en seis meses cuatro denuncias dirigidas al Seprona, Policía Autonómica, Ayuntamiento de Elche, e Industria. En ellas, expone que la finca colindante se ha convertido en un «vertedero industrial» en la que se llevan a cabo, según aparecen en los documentos, «una actividad ilegal, molesta, insalubre, nociva, peligrosa y altamente contaminante». Además, se incide que la actividad llevada a cabo por dicha empresa carece de cualquier tipo de medida de seguridad anti incendios o referente al tratamiento de residuos industriales, que son depositados en el terreno.

Las respuestas obtenidas Völker en estos seis meses no han solucionado nada. La primera llegó de Industria el 5 de marzo, quienes aseguraron que «el representante de dicha mercantil nos comunica el cese de la actividad en dicha ubicación hasta que regularice y acredite ante este Servicio Territorial el cumplimiento de las normas de seguridad industrial». Sin embargo, la actividad no ha cesado a día de hoy.

Por su parte, el Ayuntamiento de Elche le comunicó en abril que «carece de competencias jurídico-civiles para resolver los eventuales conflictos que pudieran producirse entre los particulares».

Ante la pasividad e inactividad de la administración local, el alemán incide en la obligación de la Administración de proteger el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado.

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