¿Han pasado 20 años desde la histórica fecha. ¿Recuerda qué estaba haciendo en el momento en el que el entonces director general de la Unesco, Koichiro Matsusura, anunció la distinción?

Por aquel entonces formaba parte del equipo de Gobierno Municipal, y recuerdo perfectamente el nerviosismo y la expectación que vivía toda la ciudad, pendiente de las noticias que debían llegar desde la reunión de la UNESCO. Estábamos reunidos en el Ayuntamiento esperando el resultado, recibimos la llamada del alcalde, Diego Maciá, y de inmediato me desplacé a la Casa de la Festa y lo trasladé a los miembros del Patronato que estaban allí esperando noticias. Desde luego sentí una inmensa alegría.

¿Qué sentimientos le produjo el reconocimiento del Misteri d’Elx como Patrimonio de la Humanidad?

El primer sentimiento que recuerdo es el del profundo orgullo de ser ilicitano. No hay que olvidar que apenas unos meses antes nuestro palmeral histórico había sido también declarado Patrimonio de la Humanidad. Realmente fue extraordinario que Elche viera reconocido en tan poco tiempo el valor de sus principales señas de identidad. Ambas distinciones generaron una explosión de autoestima que resultó muy valiosa para canalizar las ilusiones de futuro del conjunto de la ciudadanía.

En la actualidad está completamente asumido que el Misteri d’Elx es Patrimonio de la Humanidad. ¿Cree que existe el riesgo de que «pierda fuerza» en el ámbito local y en el arraigo social por esta «normalización» como Patrimonio de la Humanidad?

Considero que no existe tal riesgo. Cuando se recibe una distinción internacional de tal calibre se puede correr el peligro de caer en el conformismo o la autocomplacencia pero, por fortuna, eso no ha sucedido. No va con el carácter de los ilicitanos y, además, el Misteri ha sido y será siempre la Festa, la fiesta del pueblo, lo que genera un vínculo y una dinámica colectiva muy singular, que ha llevado a seguir trabajando permanentemente para que se mantenga esa transmisión oral de conocimientos y valores que distinguió la UNESCO, contando sobre todo con los más jóvenes, para que conozcan y amen nuestras tradiciones y nuestra lengua, el gran acervo cultural que nos han legado las generaciones que nos precedieron.

Sobre este tema, usted señaló como una de las líneas más importantes para la supervivencia del Misteri la necesidad de trabajar con visión de largo plazo en iniciativas que generen vinculación, afecto y valoración por el Misteri en una ciudad que está en transformación y cada vez más abierta. ¿En qué momento cree que está este trabajo de generación de querencia y arraigo social entre los ilicitanos?

Hay varias claves pero una esencial, como siempre, está en la educación. Vivimos en una sociedad abierta, cambiante y dinámica, por ello es fundamental crear unas estructuras formativas capaces de aglutinar e integrar a todo el mundo, venga de donde venga y de generar identidad colectiva. Es imprescindible que la Festa se continúe abriendo de forma a clara a la sociedad, sin perder por ello su esencia, pues ello le permitirá seguir sumando, sumando talento y vocación a incorporar a la familia del Misteri y seguir despertando pasión, tal como ha sucedido a lo largo de su historia. Pienso que estamos en ese camino necesario para que la Festa intensifique su arraigo social, trabajando sobre todo desde la base, los centros educativos, la juventud.

«Estamos en el camino necesario para que ‘La Festa’ intensifique su arraigo social, trabajando sobre todo desde los centros educativos y la juventud»

¿Cómo ha ayudado y está ayudando ser Patrimonio de la Humanidad a la representación y a la propia ciudad de Elche?

Sin duda, la declaración de Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad contribuyó a dar a nuestro Misteri un importante impulso de visibilización a nivel nacional e internacional, un empuje que todavía dura y que aún podemos continuar aprovechando. Ser Patrimonio de la Humanidad significa el reconocimiento mundial de un valor excepcional así como la necesidad de protección, algo que en nuestro caso obviamente no es necesario por la extraordinaria sensibilidad que tenemos con el Misteri. Y desde el punto de vista de la ciudad, nos sitúa en el mapa de los hitos de relevancia cultural universal y por ende nos da una proyección mundial y reviste la imagen de la ciudad con una vitola cultural que debemos cuidar, fomentar y, también, rentabilizar.

El Misteri d’Elx ha pasado a lo largo de su historia por momentos buenos y malos, sobre todo desde el punto de vista económico. Aunque en estos momentos está garantizada su pervivencia, ¿cuáles cree que son los pasos que deben dar los responsables de La Festa para garantizar la viabilidad económica? ¿Y las administraciones públicas?

Es importante recalcar que, desde un punto de vista económico, la continuidad de las representaciones del Misteri d’Elx está totalmente garantizada. Así ha sido desde que el Consell de la Vila, lo que hoy sería el Ayuntamiento, asumiera su gestión en 1609 tras la desaparición de la Cofradía de la Virgen María. La Festa cuenta además con el respaldo de varias administraciones, así como de entidades privadas, lo que asegura su estabilidad y futuro. También es muy interesante la figura del protector del Misteri que impulsa ahora la Junta Gestora y que significa implicar a los ciudadanos en su financiación. Le aseguro que como alcalde seguiré cumpliendo mi compromiso solemne de garantizar la financiación precisa para que la Festa se represente en las mejores condiciones posibles.

La efeméride coincide en un momento histórico y social marcado por la pandemia del covid-19, algo que obligó a cancelar la representación de 2020. ¿Tienen alguna novedad para este año? ¿Trabajan ya con algunas hipótesis de celebración?

El Patronato del Misteri d’Elx aún no ha tomado una decisión definitiva sobre las representaciones ordinarias del próximo mes de agosto y estamos a expensas de la evolución de la pandemia, que esperamos siga siendo positiva, por lo que será en el mes de junio cuando abordemos la cuestión y tomemos la mejor decisión. Hay muchas ganas de Festa, hay muchas ganas de volver a sentir esas emociones tan profundas que solo proporciona el Misteri, pero todavía debe prevalecer la prudencia. Si finalmente se llevan a cabo, se harán siguiendo los más estrictos y rigurosos protocolos de seguridad, porque en ningún caso vamos a poner en riesgo la salud de los miembros de la capella, de la escolanía o de los tramoyistas, ni desde luego tampoco la del público. En cualquier caso, estoy convencido de que cada vez estamos más cerca de recuperar la representación de la Festa, y ese será el mensaje de esperanza en el futuro que las ilicitanas e ilicitanos enviaremos a todo el mundo.