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El gran reto de la ciberseguridad

El IES Severo Ochoa completa su primer curso específico en protección de entornos digitales con gran acogida por parte de los estudiantes - La meta para el próximo año es aumentar la respuesta a la vulnerabilidad de los dispositivos

Los responsables del curso de Cibersguridad preparan una de las clases en el aula que se ha habilitado para la formación. | ANTONIO AMORÓS

La Formación Profesional ha dado un vuelco y muchos de sus nuevos estudios se encaminan a preparar a los alumnos para afrontar con las mejores garantías el proceso de digitalización y el salto a la industria 4.0. Elche no se mantiene al margen de este fenómeno y su comunidad educativa lidera a la provincia en excelencia, con tres de sus centros integrados en la red con la que la Conselleria de Educación remarca la calidad de la enseñanza: el Tirant lo Blanc, el Sixto Marco y el Severo Ochoa. En este último instituto se acaba de completar el primer curso de especialización en ciberseguridad en entornos de las Tecnologías de la Información.

La valoración que hacen en el Severo Ochoa de la implantación de la nueva enseñanza específica en protección de entornos digitales es muy positiva, ya que la acogida por parte del estudiantado ha sido buena. Con todo, los responsables de este curso ya están trabajando en las mejoras que quieren implantar de cara al próximo año académico, por lo que elaboran actualmente una memoria con distintas propuestas que será entregada a la conselleria para esperar su aprobación. Entre estas propuestas se hará hincapié en la importancia que tiene aumentar la capacidad de respuesta ante la vulnerabilidad que presentan los dispositivos, ya que se trata de una cuestión muy demandada por el tejido empresarial que forma el entorno del instituto ilicitano.

Año experimental

Durante este primer año recién concluido del curso de ciberseguridad se ha realizado una implantación experimental que ha requerido, entre otros aspectos, de la construcción de un aula con capacidad para impartir en ella una formación tan específica. «Ahora ya sabemos la duración de los proyectos, los trabajos que se tienen que hacer de manera individual y los que hay que hacer en grupo o de qué forma medir mejor los tiempos de las materias. Los alumnos están contentos, hemos pasado una encuesta en la que nos han mostrado su satisfacción. Y el próximo año será mejor», asegura el tutor del curso, un Higinio Gutiérrez que también pone en valor las múltiples salidas profesionales que tiene esta formación, ya que las empresas demandan cada vez más a los institutos alumnos con grandes conocimientos en ciberseguridad.

Ordenadores conectados en red que se emplean en el instituto ilicitano durante este año. | ANTONIO AMORÓS

En una línea similar se pronuncia el coordinador del curso, José Robledano: «El curso ha ido muy bien, nos ha sorprendido el interés de los estudiantes y la expectación que ha provocado entre alumnos de otros ciclos. Hemos adaptado las clases al perfil de los matriculados porque formarse en ciberseguridad exige llevar un ritmo muy elevado. Hay muchos alumnos que ya están trabajando porque, afortunadamente, la mayoría de los informáticos encuentran un empleo pronto y hemos adaptado el currículo para que todos los puedan seguir».

Otro de los grandes aspectos que se quiere potenciar de cara al próximo curso, además del de ofrecer una mejor respuesta a la vulnerabilidad de los equipos, es el de aumentar la capacidad de los estudiantes para dar respuesta en equipo a los numerosos retos que plantean la ciberseguridad y unos ataques informáticos que van en aumento. Los responsables de la formación en el Severo Ochoa explican que las mercantiles quieren que los alumnos cuenten con cualidades que les permitan integrarse en equipos de trabajo, ya que la seguridad digital es un elemento que afecta de manera transversal al funcionamiento de las empresas y ante ella no se pueden plantear respuestas que tengan carácter individual.

Formación del profesorado

«Hay que destacar el esfuerzo que hacemos los profesores involucrados en el proyecto, ya que dedicamos mucho tiempo a mejorar nuestra formación con cursos específicos en ciberseguridad y otros que nos han ofrecido el Cefire y la propia conselleria», sostiene Gutiérrez. «Hemos innovado la metodología constantemente pese a las restricciones por la pandemia. Sobre todo, incidimos en la metodología que dinamiza las capacidades transversales del alumnado, más allá de las técnicas. Es lo que buscan las empresas», apostilla Robledano.

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