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Así es la máquina que analiza los socavones del puente del Bimil·lenari

Operarios están trabajando en el interior de la rotonda para realizar las prospecciones en el subsuelo con el fin de descubrir por qué se hunde el asfalto

Una máquina analizando el subsuelo del puente del Bimil·lenari

Una máquina de sondeos ha "tomado" desde esta mañana el puente del Bimil·lenari para tratar de descubrir por qué se hunde el asfalto. Una empresa especializada en estudios geotécnicos está analizando el estado del suelo con el propósito de confirmar si los corrimientos de tierra están detrás de la causa de los socavones que aparecen repetidamente en esta zona por donde pasan miles de vehículos al día.

Los operarios están trabajando en el interior de la rotonda con una vistosa maquinaria para realizar las prospecciones sin que haya sido necesario cortar el tráfico. Únicamente permanece inhabilitado el carril interior que ya cerró con conos la Policía Local donde se ha detectado el mayor hundimiento. Pese a que el desnivel que hay en el firme es muy notable, el equipo de gobierno de PSOE y Compromís ha decidido seguir permitiendo la circulación apuntando a que es seguro circular por este punto.

Sin embargo, el Ayuntamiento se ha visto obligado a contratar a contrarreloj a una empresa externa para tratar de buscar respuestas a los daños del puente y poder, a partir de ahí, iniciar las obras que los solucionen. Con ello, un mes es el tiempo que tienen de tiempo los especialistas para analizar el subsuelo. La Concejalía de Mantenimiento ha dado este paso después de que los ingenieros que diseñaron el puente del Bimil·lenari descartaran que los socavones que se están produciendo en el asfalto de la rotonda tengan que ver con el estado de la infraestructura o la tensión de los tirantes.

Según el portavoz del equipo de gobierno, Héctor Díez, a simple vista no detectaron ninguna patología en el puente ni en los tirantes que están sujetos a la rotonda donde se temía que pudiera haber problemas. Los cables principales están anclados en sus extremos mediante unos contrapesos de hormigón que pesan 30.000 toneladas cada uno y tienen una profundidad de 17 metros. Su función es la de actuar como peso muerto. Y es la tierra que rellena estos contrapesos donde los técnicos sospechan que puede estar el origen del problema, según explicó Héctor Díez, por escorrentías o filtraciones de agua.

Curiosidades

En 1990 la Conselleria de Obras Públicas y el Ayuntamiento convocaron un concurso internacional de anteproyectos para determinar la estructura más adecuada para conectar dos zonas de la ciudad claves divididas por el Vinalopó. Ganó la alternativa del puente colgante y su construcción recayó en FCC Construcciones. Costó alrededor de 13,2 millones de euros, se empezó a construir en febrero de 1998 y se acabó en septiembre de 2000. El viaducto mide 162 metros de largo y 47 metros de altura. Su tablero tiene 23 metros de ancho. Tiene una escalera metálica en su interior para acceder a un mirador en lo alto que no se utiliza. Los cables fueron construidos en Italia y transportados hasta Elche

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