Cerrado desde 1979, ha habido que esperar más de cuatro décadas para que se inicien los trabajos definitivos del derribo del hotel de Arenales del Sol, una labor que comenzó este miércoles y que se prolongará durante los próximos cuatro meses, lo que quiere decir que ocupará todo el verano. Frente a la enorme polémica que ha levantado este hecho, el alcalde de Elche, Carlos González, pone en valor la enorme mejora que la demolición de la vieja estructura tendrá para la pedanía ilicitana, a la vez que asegura que el impacto que los trabajos tendrán en la dinámica de la actividad estival será mínimo.
Con esta actuación también se resuelve el último conflicto jurídico en torno al hotel, que se remonta al año 2016, momento en el que un particular denunció las obras de rehabilitación que se estaban haciendo por parte de la empresa, ya que incumplían los parámetros de la autorización concedida. «Es una buena noticia para los residentes de Arenales y de Elche. El inicio de las obras de derribo soluciona un problema que estaba enquistado y dañaba seriamente la imagen de la pedanía. Además, su impacto en el desarrollo de la temporada estival será bajo», ha destacado González este miércoles.
El Ayuntamiento ha pedido a la empresa encargada de ejecutar los trabajos máximo rigor para que prime la seguridad y se causen las mínimas molestias posibles tanto a vecinos como a usuarios de las playas, así como a la actividad económica de la zona, que, tras los problemas que está causando la pandemia, ve sumarse ahora la demolición del inmueble en pleno verano. «Las obras de derribo del hotel no están afectadas por la ordenanza municipal que prohíbe las demoliciones o movimientos de tierra en periodo estival, ya que se encuentra en suelo no urbanizable y afectado por el dominio público marítimo terrestre», recuerda el regidor.
Fibrocemento
Una de las mayores complejidades en los trabajos que se acaban de iniciar en la primera línea de playa de Arenales es la retirada del fibrocemento que se extiende por los pilares del viejo inmueble, un material tóxico que tendrá que ser eliminado por una empresa especializada en ello, cumpliendo un estricto protocolo de seguridad. Esta tarea se realizará antes del derribo del hormigón que queda en pie en la parcela y llevará un tiempo importante. También hay que destacar la inquietud que ha desatado la obra entre diversos sectores de la pedanía, como la asociación de vecinos, al estar las playas abarrotadas, pese al interés desde hace años en acabar con los restos de un inmueble que afean el paseo marítimo.
El propio González ha tratado en numerosas ocasiones la polémica en torno al hotel, al que en sus últimas comparecencias definía directamente como «adefesio urbano». «Es el asunto judicial más complejo con el que se ha encontrado el Ayuntamiento en décadas y hay determinación y voluntad para su derribo», añadía.
