El Ayuntamiento ha comenzado a hacerse cargo de la gestión del mercado provisional, a través de la empresa municipal Pimesa, tras poner dar carpetazo definitivamente al contrato del edificio de abastos que el Ayuntamiento firmó con Aparcisa en 2015 y que supuso que los placeros dejarán de estar en manos del Consistorio y pasaran a depender de la concesionaria. Y esto va a suponer que desde este mes, la mercantil pública facturará a los vendedores por el alquiler de los puestos ubicados en las instalaciones de la ladera del Vinalopó.
Carles Molina insiste en que pese al cambio de gestión del edificio el día a día de los comerciantes será igual
Comienza así una nueva etapa para la treintena de comerciantes del Mercado Central que coincide con el inicio de la «batalla» judicial entre Aparcisa y el Ayuntamiento por el proyecto paralizado. Y es que la mercantil ya ha anunciado el inicio del procedimiento contencioso tres semanas después de que PSOE y Compromís tumbaran definitivamente el contrato sin lugar a indemnización.
Por el momento, los vendedores ya ha sido notificados por el equipo de gobierno sobre el cambio de gestión de las instalaciones. Ese trámite legal ha dado paso a que Pimesa y Aparcisa estén ya en comunicación para que la mercantil privada le ceda toda la documentación sobre el mercado provisional, como son los contratos de cada uno de los placeros y de los servicios de limpieza, seguridad y de mantenimiento, cuyo personal se podrá subrogar si lo dice el convenio.
«Sintonía»
El edil de Mercados, Carles Molina, reconoció la «buena sintonía» con Aparcisa que, pese al conflicto con el Ayuntamiento, dice que está colaborando en facilitar toda la documentación. Al mismo tiempo, el edil socialista volvió a insistir en que la «la actividad en el mercado provisional va a estar garantizada sea de quien sea la gestión, sin ningún tipo de interrupción». La previsión de Pimesa es que a lo largo de todo este mes se haga el cambio de nombre de los contratos y que los técnicos municipales mantengan varias reuniones con los placeros para conocer su parecer sobre el funcionamiento de la seguridad, la limpieza y el mantenimiento, servicios que como empresa pública tendrá que sacar a concurso.
