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Cortan la calle Salvador para el derribo del antiguo edificio de Almacenes Parreño

La propiedad confirma que la demolición arrancará en los próximos días tras los trabajos de preparación y cuando cuenten con todos los permisos

La calle Salvador cortada desde esta mañana

La cuenta atrás para el edificio del derribo del antiguo edificio Almacenes Parreño de la calle Salvador ha comenzado. Desde esta mañana una grúa ha "tomado" parte de este vial peatonal del centro histórico para iniciar los trabajos previos a la demolición que comenzará en los próximos días, según ha confirmado la propiedad del inmueble a este diario, una vez obtengan todos los permisos. Un tramo de la calle está cortada para albergar la maquinaria que hará desaparecer para siempre el lugar que albergó la antigua juguetería, un edificio que data de finales de siglo XIX o principios del XX, enmarcado en el proceso de construcción de un ensanche pegado al centro que fue propiciado por la burguesía mercantil de la época.

Eso sí, puesto que la Concejalía de Urbanismo no cuenta aún con un proyecto de edificación en el solar (tienen dos años para presentarlo), los dueños tendrán que cumplir con medidas de ornato. Y esto implica que hasta que se construya obra nueva tendrá que mantenerse la primera planta en pie. De hecho, desde la obra han confirmado a este diario que van a van a quitar la planta superior y los balcones por seguridad, pero que no van a hacer la demolición entera.

La grúa frente al edificio Matías Segarra

Los trabajos tardarán varias semanas y, según los dueños, la intención es generar la menor molestia posible a los vecinos y comerciantes de esta histórica y estrecha calle. Un andamio colocado hace casi un mes había hecho presagiar la cercanía de un derribo que pese a estar autorizado por el Ayuntamiento, al no ser un inmueble protegido, no se ha salvado de la polémica.

En primer lugar, dentro del propio equipo de gobierno ha habido controversia, porque Compromís votó en contra de la licencia para tirar abajo el edificio que se encuentra en ruinas. La autorización salió adelante con los votos del PSOE. El partido liderado por Esther Díez considera que la fachada tiene valor y que hay que conservarla. Incluso dijo que el inmueble podría interesar al Ayuntamiento y que con el dinero que dispone de la liquidación presupuestaria podría comprarlo ahorrándose así los alquileres que paga en el centro para oficinas municipales. El alcalde, Carlos González, dijo haber actuado con "rigor" al conceder los permisos y que los problemas urbanísticos no se pueden resolver "forzando la adquisición de inmuebles sin un destino claro".

El PP, por su parte, pidió que se actualizase el catálogo de edificios protegidos porque este en particular no lo está, a pesar de su valor por la historia del establecimiento. Vox también se mostró partidario de que el Ayuntamiento comprara el inmueble.

Defensores del patrimonio ilicitano, como el Institut d'Estudis Comarcals del Baix Vinalopó salieron en defensa de la conservación del inmueble hace unos meses. El colectivo envió una carta al primer edil, firmada por su presidente Joaquim Serrano, en la que destacaron "la importancia de este edificio dentro de una trama urbana consolidada, el barrio de San Salvador, que forma parte del Núcleo Histórico Tradicional". Aprovecharon para insistir en la actualización del Catálogo de Bienes Protegibles de 1998 y en la renovación del listado de Bienes de Relevancia Local (BRL).

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