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Las copiosas lluvias de primavera han recortado hasta un 25% la cosecha del melón de Carrizales

Los agricultores del Camp d’Elx prevén recolectar hasta septiembre unos 300.000 kilos, por los 400.000 del pasado verano - La superficie cultivada también disminuye entre un 15 y un 20%

Un agricultor recolecta melones de Carrizales en el inicio de la campaña en el campo ANTONIO AMORÓS

El producto estrella de Carrizales, el melón, llegará este verano con una producción sensiblemente inferior a la que hubo en 2020. Este verano se espera que la cosecha sea de unos 300.000 kilos, por los 400.000 kilos que se recogieron hace 12 meses, lo que supone un 25% menos. Los agricultores achacan este descenso a que la primera cosecha se tuvo que plantar más tarde, a consecuencia de que se vivió una primavera más lluviosa que habitualmente. Por consiguiente, la superficie de plantación también tendrá una reducción considerable, fijada entre un 15 y un 20%.

«Hemos optado por escalonar la producción para tener una cantidad fija de melón que podamos ir sacando semana a semana. En total, este verano vamos a contar con un mes menos de producción», explica en declaraciones a este diario el presidente de la Comunidad de Regantes de Carrizales, Fernando Antón. Una primavera más lluviosa de lo habitual retraso la entrada de los agricultores con los tractores para preparar el terreno para la plantación del sabroso fruto del Camp d’Elx. Este es el principal motivo por el que se volverá a frenar la producción de melones, que, tras unos años de ascenso imparable, ha tenido que hacer frente a importantes problemas en los últimos tiempos, como han sido la Dana o la pandemia del coronavirus. Esto, por ejemplo, se saldó en 50.000 kilos menos de melón el año pasado con respecto a 2019.

La producción este verano bajará un 25% a consecuencia de las lluvias de primavera. | ANTONIO AMORÓS

10.000 kilos semanales

«Si se piensa, por ejemplo, sacar 10.000 kilos a la semana, lo mejor es hacer el cultivo de forma escalonada para poder garantizar la venta», sostiene Antón. El presidente de los regantes de Carrizales muestra su satisfacción por el hecho de que la disminución no afecta a la cantidad de productores, que sigue siendo el mismo número. «Sobre todo está relacionada con los grandes productores, los que el año pasado plantaron unas 60 tahúllas y este verano han tenido que bajar a 40 o 50. Los más pequeños, los que plantan 10 tahúllas, se mantienen», añade Antón en sus explicaciones ante el arranque de la campaña.

Los cambios bruscos de temperatura también juegan una mala pasada para la producción de melones, con situaciones como las que se han vivido en las últimas semanas, en las que a jornadas que han llegado hasta los 40 grados les han sucedido otras en las que los termómetros apenas ha superado los 25 grados. «Los cambios de temperatura provocan que se rajen los melones más maduros por factores como el desequilibrio térmico, los cambios de humedad o la falta de agua. Eso quiere decir que ya se puede recolectar», sostiene el representante de los agricultores, que apostilla que este en un proceso similar al que se vive con otro de los productos estrella del Camp d’Elx, la granada mollar.

En cuanto al corte oficial, un acto que suele producirse por estas fechas, el año pasado, sin ir más lejos, tuvo lugar el 13 de julio, con la presencia de representantes del Ayuntamiento y el Consell, tocará esperar un poco. Hay dos problemas que lo están retrasando, la plaga de garrapatas que sufre el Camp d’Elx y la falta de una instalación que pueda acoger el evento. «Seguramente cambiaremos el formato porque nos falta una infraestructura con los aparcamientos suficientes. Es probable que hagamos el acto en algún restaurante del campo, como el Martino, que siempre nos ha acogido con los brazos abiertos, o del núcleo urbano», señala Antón.

Puntos de venta

Un año más, la mayor parte de la producción del melón de Carrizales se quedará sin salir de la provincia, ya que un 90% se venderá entre Elche, Alicante y las zonas de costa (El Campello, Altea, Santa Pola, Torrevieja...) y de interior (Alcoy, Xixona...). «Fuera solo nos lo piden clientes muy concretos porque no podemos trabajar con grandes distribuidoras que comercien en otros países por la falta de agua», lamenta el presidente de los regantes de Carrizales.

Por último, en cuanto a la calidad, en el Camp d’Elx siguen trabajando con la base de los estudios que han venido elaborando durante los últimos años tanto los expertos de la Universidad Miguel Hernández de Elche como del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias. Todos estos aspectos influyen en una campaña que se prolongará hasta octubre.

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