La Conselleria de Innovación y Universidades y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche mantienen su buena sintonía. Prueba de ello es que esta semana la consellera Carolina Pascual y el rector de la UMH, Juanjo Ruiz, han firmado en el campus la renovación del convenio de colaboración con el que se creó la Cátedra de Brecha Digital y para el buen uso de las TIC, que dirige el profesor Daniel Lloret. Gracias a este nuevo acuerdo, la conselleria destinará otros 30.000 euros para que se avance en el diagnóstico de las competencias digitales y el uso de las TIC entre la juventud vinculada a la institución ilicitana.
«Es muy importante la lucha contra la brecha digital, especialmente entre la población más joven, que será la que se enfrente a una sociedad y un mercado laboral transformado digitalmente, en el que se requerirán competencias medias y avanzadas, por lo que tenemos que articular políticas que propicien esta formación digital», ha destacado la consellera ilicitana tras la firma del acuerdo, en la que también han estado presentes la directora general de Lucha contra la Brecha Digital, María Muñiz, y la vicerrectora de Transferencia del Conocimiento de la UMH, María José López.
Para la conselleria que dirige la ilicitana la lucha contra la brecha digital se ha convertido en una de las grandes prioridades. «Vivimos en un mundo eminentemente digital, por lo que hemos activado una red de cátedras que permitirán identificar y cuantificar las situaciones de brechas. Aunque consideramos a los jóvenes nativos digitales, estas habilidades y formas de relacionarse han de ir acompañadas de políticas que aseguren que esta población pueda enfrentarse a la transformación digital en igualdad de condiciones», añade Pascual.
Dos proyectos
A lo largo del presente año la cátedra de la UMH se está dedicando a dos proyectos principales. El primero de ellos es una encuesta entre el alumnado de 4º de ESO, 1º y 2º de Bachillerato y 1º y 2º de Ciclo Formativo de Grado Medio en las tres provincias de la Comunidad Valenciana. En este estudio, en el que también colabora la Conselleria de Educación, participan unos 5.000 alumnos y pretende determinar algunas condiciones de acceso a la tecnología, como los equipamientos de hardware y software del alumnado, el tipo y la velocidad de conexión, la experiencia o el conocimientos de las herramientas de docencia en línea. También se introducen aspectos cualitativos, como la predisposición del alumnado hacia la docencia en línea, y el estudio de la relación entre los resultados anteriores y el nivel socioeconómico de las familias.
El segundo proyecto ha sido bautizado con el nombre de «Casandra». Su objetivo principal es evaluar la influencia del uso y abuso de las pantallas en el bienestar y desarrollo psicosocial de adolescentes, ya que las TIC también tienen un componente emocional y de interacción social muy importante. Otras metas de este estudio plantean cuestiones como el efecto de las redes sociales en la autoestima, la relación entre el consumo de contenidos digitales y la conducta violenta o la relación entre el consumo de pornografía y la actitud ante la conducta sexual. A esto se le añade la exploración del clima familiar, la mediación parental y otras variables psicosociales.
