El derribo del antiguo edificio de Almacenes Parreño, en pleno centro de Elche, por carecer de protección pese a ser un inmueble singular de finales del siglo XIX y encontrarse en el núcleo histórico tradicional, ha abierto el debate en los últimos meses sobre la necesidad de conservar el patrimonio arquitectónico de la ciudad para evitar borrar de la memoria construcciones de interés que sobreviven. El Ayuntamiento está inmerso, precisamente y después de lustros de espera, en la revisión del catálogo de protecciones, con el que, entre otras cosas, pretende blindar de demoliciones los inmuebles del siglo XX con un valor patrimonial, lo que de haber estado aprobado antes podría haber supuesto que la antigua juguetería de la calle Salvador se hubiera salvado de la desaparición.
«La conservación lo va a determinar la legislación sectorial que tengan un interés local para su protección. Para ello, los edificios deberán cumplir con unos criterios técnicos», explica la edil de Urbanismo, Ana Arabid, quien aclara que, de haber contado con el catálogo actualizado, habría que ver si el edificio de Almacenes Parreño hubiera cumplido con los condicionantes para que fuera blindado. «Lo que está claro es que en el momento en el que pidieron la licencia no tenía protección y el expediente lo miramos con lupa para hacer lo que legalmente procediera y desgraciadamente lo que procedía en este caso era otorgar el permiso de demolición», reconoce la edil del área.
Y es que, con el futuro catálogo municipal para proteger nuevas construcciones los técnicos municipales deberán de aportar una amplia memoria con análisis documental, del territorio, entrevistas a expertos, una exhaustiva memoria justificativa y normativa.
El actual documento está desfasado, es de 1998, y desde entonces hay edificios que han desaparecido
Asimismo, el objetivo de esta iniciativa es preservar el patrimonio histórico y arqueológico civil y militar de la Guerra Civil, las chimeneas de tipo industrial construidas de ladrillo anteriores a 1940, los hornos de cal, los antiguos molinos de viento y los veteranos molinos de agua, los relojes de sol anteriores al siglo XX, las lonjas y salas comunales anteriores al siglo XIX, los paneles cerámicos exteriores anteriores a 1940, la arquitectura religiosa incluyendo los calvarios tradicionales que estén concebidos autónomamente como tales, así como los elementos decorativos y bienes muebles relacionados directamente con el bien patrimonial a proteger.
El patrimonio natural, como son los espacios naturales protegidos, las zonas húmedas catalogadas, los árboles y las zonas de conservación de aves, también tendrá especial atención en este documento que está elaborando el Ayuntamiento.
Obsoleto
El catálogo de bienes protegidos vigente es de 1998 y desde entonces algunos de los edificios incluidos han desaparecido o han sido reemplazados o modificados. Además, se han tramitado distintas modificaciones del mismo, así como otros catálogos de ámbito parcial acompañando a expedientes tales como el Plan Especial de Protección de la Plaça de Baix, el Plan Especial de las Murallas del Castellar o el Plan Especial del Clot de Galvany.
El Ayuntamiento reconoce que está obsoleto dado el tiempo transcurrido desde la aprobación del catálogo vigente y su falta de adecuación al marco legislativo actual, así como las modificaciones del mismo que se han producido. Entre las carencias que tiene el actual, no incluye referencias a los huertos del Palmeral, declarados Patrimonio de la Humanidad en el 2000, ni tampoco fichas de los yacimientos arqueológicos.
Compromiso: Luz verde antes del fin del mandato
El compromiso municipal es tener aprobado el catálogo de protecciones antes de que acabe el mandato en 2023. Lo que han hecho ahora es sacar a consulta pública un informe muy escueto sobre lo que se pretende hacer. Tras recabar aportaciones (el Institut d’Estudis Comarcals, Elche Singular, el Museo Paleontológico, la Asociación de Amigos de los Relojes de Sol, La Asociación de Amigos de los Humedales del Sur y particulares) Urbanismo tiene que elaborar un documento estratégico para seguir con la tramitación.
