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Medio Ambiente

Adiós en los ríos al hormigón

Un catedrático de la UMH previene sobre el daño que ha hecho «encorsetar» los cauces

El río Vinalopó, a su paso por Elche ANTONIO AMORÓS

Las zonas húmedas producen el 25% de los servicios ecosistémicos del planeta. Si esto es así, ¿por qué hemos puesto cemento y hormigón en los cauces de los ríos?

La pregunta se la hizo y la ha respondido en un congreso internacional el catedrático de Edafología y Química Agrícola de la UMH, José Navarro Pedreño, dentro del XX Congreso Europeo de Suelos, que se ha celebrado en la localidad suiza de Ginebra.

A través de las ponencias inscritas en la sesión «Ecosistemas de humedales y llanuras aluviales, manejo del suelo y calidad del agua», los investigadores han puesto de manifiesto la importancia de las zonas húmedas para el mantenimiento de la biodiversidad, así como de los recursos y servicios beneficiosos para la humanidad.

Según el profesor de la UMH, lo más destacado son los aspectos asociados al efecto mitigador de estas zonas con relación al cambio climático, la importancia del sistema suelo-agua para garantizar la calidad de los recursos hídricos y la necesidad de recuperar los cauces, renaturalizando aquellos que han sido canalizados durante el siglo XX. Un claro ejemplo sería el Vinalopó a su paso por Elche.

En este último aspecto, se ha concluido que es necesario desarrollar actuaciones para eliminar la obsoleta canalización de ríos y su encorsetamiento en zonas de hormigón y cemento, que se llevó a cabo durante los años setenta y ochenta del siglo pasado.

El profesor de la UMH señala que en estas actuaciones de recuperación de cauces fluviales destacan países como Alemania, Francia y Suiza, que prevén revertir prácticamente el 100% de las actuaciones realizadas en los últimos decenios, mediante el seguimiento de las directivas europeas que promueven la recuperación de hábitats naturales.

Un ejemplo de gran interés que se trató en la sesión fue el caso del río Thur (Suiza), cuya renaturalización y eliminación de su canalización ha permitido recuperar los servicios de depuración que ejerce el sistema suelo-planta; regular los flujos de nitrógeno y evitar contaminación por nitratos; así como mitigar los efectos negativos del cambio climático con menores emisiones de gases de efecto invernadero y captura de carbono en los suelos.

La calidad del agua en este río ha mejorado hasta tal punto que, en algunos de sus tramos, cumple los estándares para ser utilizada como agua potable.

En la jornada se profundizó en el necesario cambio de paradigma que supone pasar de aislar los cauces hídricos de los suelos de su entorno a incentivar la interacción del agua con el suelo, de manera que se ejerzan efectos beneficiosos para la salud de las personas y para la mejora del medio ambiente.

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