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Joaquín Martínez-Campillo
Joaquín Martínez-Campillo DELEGADO EN LA COMUNIDAD VALENCIANA DEL ILUSTRE COLEGIO DE GEÓLOGOS.

«La provincia padeció un desarrollismo sin control que veía el riesgo geológico como freno para especular»

Considera que el cambio climático es un hecho, pero agravado por la ocupación de terrenos inundables que hace que los daños se conviertan en catástrofes. Este geólogo nos habla, sin tabúes, de los riesgos por la mala ordenación y la falta de sostenibilidad

El geólogo oriolano Joaquín Martínez-Campillo

Joaquín Martínez-Campillo habla calmado pero cada palabra que dice denota sus amplios conocimientos y su larga experiencia como geólogo. Es, desde finales de julio, delegado en la Comunidad Valenciana del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos de España. Este oriolano, residente en Torrevieja, compagina la dirección de su empresa dedicada a la hidrogeología, geofísica y patrimonio geológico con el doctorado sobre geodiversidad que realiza en la Universidad de Cantabria. Además, es miembro de la Comisión de Patrimonio Geológico de la Sociedad Geológica Española, de la Sociedad Española de Ciencias del Suelo y de la Sociedad Internacional de Geoética.

¿Cómo afecta el cambio climático a nuestro territorio?

La disminución de precipitaciones, el aumento de temperaturas y los sucesos climáticos extremos que provoca el cambio del clima tendrán serias repercusiones sobre el espacio geográfico. Se pueden producir cambios en los ecosistemas que han sido espacios atractivos desde el punto de vista turístico, dejando así de reportar beneficios sociales, económicos y ambientales. El aumento del nivel del mar puede tener implicaciones en todos los asentamientos turísticos costeros. En las zonas litorales peligrarán las infraestructuras de primera línea de playa y se verán afectadas las reservas de agua dulce, agravando aún más la situación de abastecimiento de agua en las zonas turísticas.

En un foro del Ilustre Colegio de Geólogos se señaló que no se deben atribuir al cambio climático todas las catástrofes naturales, sino que la mayoría están provocadas por la ocupación inadecuada del territorio.

Estoy totalmente de acuerdo. El cambio climático es un hecho pero, por otra parte, la ocupación de terrenos inundables por edificaciones residenciales, industrias o explotaciones agrícolas hace que estos daños se conviertan en catástrofes con pérdidas de bienes y, lo peor, con pérdidas de vidas humanas. De esto sabe mucho la Vega Baja, llegando a existir barrios enteros y polígonos industriales en la desembocadura de ramblas. Las inundaciones suponen el riesgo geológico que mayores daños causa en España, por lo que es necesario adaptar los usos urbanísticos del suelo en función de los mapas de riesgo naturales que exige la ley. El Colegio Oficial de Geólogos apuesta por devolver a la naturaleza el suelo mal urbanizado mediante la aplicación de una política de indemnización por expropiaciones a las construcciones situadas sobre terrenos inundables.

«Apostamos por devolver a la naturaleza el suelo mal urbanizado y expropiar las construcciones en suelo inundable»

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Muchas de las edificaciones de la provincia están construidas sobre barrancos. ¿Se ha planificado mal el territorio?

Se ha planificado en algunos casos sin tener en cuenta los recursos y los condicionantes naturales de ese territorio, así como su afección al medio ambiente. De otra parte, no se ha actuado diligentemente en determinados casos cuando se ha incumplido con las normas vigentes. En otros, ha habido casos de corrupción que han dado pie a situaciones de total ilegalidad. Hay que recordar que desde 2008 la Ley del Suelo obliga a las nuevas urbanizaciones a realizar un informe de sostenibilidad del territorio para adaptar los usos urbanísticos del suelo a los mapas de riesgos naturales.

Entonces, ¿dónde se debería construir?

Para el Colegio una de las medidas fundamentales es elaborar mapas de riesgo geológico previos a los desarrollos urbanos de los municipios. Hay que adaptar los usos urbanísticos del suelo en función de los mapas de riesgos naturales, que son obligatorios por ley, pero que, en muchos casos, las administraciones o no los tienen o no los aplican. Por ello, el Colegio de Geólogos ha pedido reiteradamente un Observatorio de los Planes Generales de Ordenación Urbana para comprobar que se cumple la Ley del Suelo y que los mapas de riesgos se usen, antes de permitir urbanizar ningún lugar de la Comunidad Valenciana. Según datos de los Planes de Gestión del Riesgo de Inundación del Ministerio de Transición Ecológica, en España hay 19.900 kilómetros de zonas inundables delimitadas, y se estima que 2.733.000 habitantes viven en ellas, siendo las demarcaciones de mayor riesgo las del Guadalquivir, Segura y Júcar.

¿Qué lugares o zonas de la provincia ve con más riesgo por la mala ordenación?

El Patricova nos señala cuáles son las zonas inundables, pero observamos que no se cumple en todos los casos con lo que esta normativa plantea. Los mayores lugares de incumplimiento son aquellos con mayor valor del suelo ya sea agrícola, industrial o de construcción residencial. Los intereses económicos son muy fuertes y la presión sobre las administraciones es muy alta. Por tanto, las zonas costeras y las agrícolas de alto valor de las cosechas están muy expuestas a la ejecución de obras en terrenos que el Patricova señala como inundables.

«En todas las zonas litorales peligrarán las infraestructuras en primera línea de playa y se verán afectadas las reservas de agua dulce»

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¿Se ha construido demasiado en la provincia de Alicante sin tener en cuenta los riesgos?

La época del desarrollismo sin control que ha padecido esta provincia ha utilizado «el todo vale» sin tener en cuenta las condiciones de sostenibilidad del territorio; ha hecho que un mapa de riesgos geológicos se convierta en un inconveniente y se viera como un freno para la especulación del suelo cuando, al contrario, debería ser una ayuda para que se hicieran los desarrollos urbanísticos y agrícolas con seguridad frente a los posibles riesgos de inundaciones y otros geológicos.

El recorte del trasvase Tajo-Segura, con la menor llegada de agua a la provincia, ¿cómo puede afectar al territorio?

Es un tema controvertido, complejo, y es el momento de que las partes se reúnan y dialoguen sin posiciones demagógicas. Tenemos una cuenca deficitaria en agua, pero lo será más si se siguen ampliando los regadíos y practicando una ordenación del territorio donde la sostenibilidad no sea la primera condición de partida. Los acuíferos están sobreexplotados o, lo que es mucho peor, mal explotados y una parte importante de nuestra red de pozos son ilegales. Necesitamos el agua, pero también poner orden en el territorio y demostrar a otras zonas que somos merecedores de esa agua. Una explotación adecuada y sostenible de los recursos de agua subterránea, de los ríos, de las desaladoras y de las depuradoras puede paliar, en parte, la disminución de los caudales del trasvase, que tanto afectará a nuestra economía.

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