El Palmeral de Elche encara un otoño clave por la poda de casi 8.000 ejemplares de la vía pública que va a acometer una empresa murciana y una UTE de varias compañías de Elche para frenar la caída de los dátiles a las aceras que tantas quejas desatan en esta época del año. Se trata del contrato más grande que ha realizado el Ayuntamiento en el mandato, por valor de 240.000 euros, para atender palmeras de la calle con medios privados porque la plantilla municipal continúa siendo completamente insuficiente.
Torrellano ha sido la primera de las pedanías con núcleo urbano donde ha comenzado la «operación» que también llegará a La Marina, La Hoya, El Altet, Arenales y Balsares. En total, la poda va a llegar a 2.730 palmeras. Las mismas empresas que conforman la UTE se encargarán de intervenir en otros 1.260 ejemplares del Parque Empresarial.
Por otra parte, está previsto que arranquen en los próximos días los trabajos en el casco urbano donde una mercantil de Murcia se encargará de 3.942 palmeras. En este «paquete» entrarán grandes viales como la avenida de Alicante, Labradores, Libertad, Vicente Quiles, Universidad, Almagro, Antonio Machado, Antonio Mora Ferrández, Camí de la Bassa dels Moros, Curtidores, Eugenio D’Ors, Francisco Pérez Campillo, José Luis Navarro Campello, Mariano Soler Olmos y Pedro Juan Periñán.
En el contrato no solo se recoge la poda de palmeras, sino que además se contempla la aportación de la maquinaria necesaria, el transporte de la poda y el canon que hay que pagar en la planta de tratamiento para la gestión del residuo.
El inicio de la intervención estaba prevista para el mes de junio que es cuando el Ayuntamiento dijo que hay que cortar el ramaje para evitar los problemas que supone la caída del fruto a la vía pública, sin embargo, el edil del área, Héctor Díez, achacó a la farragosa licitación que se ha realizado por lotes a la demora en ponerse en marcha el contrato. De cualquier manera, el Ayuntamiento estima que la ejecución será rápida y se resolverá en cuestión de dos meses.
Precisamente, estos días han empezado a desplomarse los dátiles a las aceras, lo que se pretende reducir con esta poda masiva de ejemplares, pero no eliminar del todo , ya que, tal y como reconoció el edil del área, es «imposible» que no caigan estos frutos al suelo en una ciudad como es Elche donde se estima que hay más de 250.000 palmáceas.
Esta estrategia, la de la privatización de la poda en la calle, es la que pretende seguir impulsando el equipo de gobierno en lo que queda del mandato. Héctor Díez avanzó que en 2022 el propósito es seguir contratando a empresas para sanear las palmeras de la calle, donde es obligatorio utilizar plataformas elevadoras, mientras que en los huertos seguirán trabajando los operarios municipales. Esta va a ser la realidad de la ciudad, criticada por algunos sectores, incluyendo a algunos palmereros municipales, mientras la brigada del Ayuntamiento sea inferior a una decena de trabajadores y mientras la Administración local no saque a concurso más plazas de palmereros. El pasado año, otra empresa ya podó más de 10.000 ejemplares de huertos por 90.000 euros, como el Hort de Baix o el del Sol.
«Limpieza» histórica en huertos del centro
El Palmeral histórico ha recibido una «limpieza» este verano que llevaba ocho años esperando. Trabajadores municipales han podado una de las mayores extensiones del paisaje ilicitano donde hay más de 1.700 ejemplares concentrados en tres huertos propiedad del Ayuntamiento.
Durante los últimos meses, los huertos reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, el Villa Carmen, Clero y Rinconà, que abarcan desde la avenida de Santa Pola, a Juan Carlos I, el Camí del Gat y Escultor Capuz, han sido los que han albergado ese corte de palmas secas que transmitían una imagen de declive de esta zona verde.
De hecho, según en Ayuntamiento la incidencia de las plagas, tanto de picudo como de paysandisia que se han encontrado en estos enclaves es casi inexistente tras realizar una inspección visual. Los palmereros sí que se encontraron con dos ejemplares en el suelo, que al parecer se habían desplomado por el viento. Y además, detectaron otros cinco con malformaciones en el tronco, por lo que serán vigilados ante el riesgo de caída.
La actuación ha permitido que estos huertos recuperen su vitalidad, después de mucho tiempo ofreciendo una sensación de abandono. El aumento de palmeras con copas caídas o lo que los expertos describen como «ojo doblado» por la presencia de hongos, algo que también se extiende en otros puntos de la ciudad, era una realidad en estos enclaves.
La presencia de troncos estrechos en la parte final, lo que les reduce su esperanza de vida es otra de las características de muchas palmeras de esta zona, según los palmereros, por falta de agua o de nutrientes.
