El presidente del Partido Popular de Elche, Pablo Ruz, se ha reunido con vecinos del barrio de Carrús para recoger sus reivindicaciones y necesidades, centrando sus quejas en la falta de modernización del barrio, la ausencia de inversiones y sobre todo por la intención del gobierno de PSOE y Compromís de eliminar plazas de aparcamiento.
Ruz ha declarado que “desde el Partido Popular solicitamos al equipo de gobierno que recapacite en su decisión de eliminar plazas de aparcamiento del barrio de Carrús. Este barrio cubre la tercera parte de la población del casco urbano, con una falta de aparcamiento evidente, es impensable que se quieran seguir eliminando aparcamiento y criminalizando al conductor”.
El problema radica en que mientras Carlos González elimina más de 100 plazas de aparcamiento en la calle Olegario Domarco Seller, no se ofrece ninguna alternativa, creando evidentes problemas a unos vecinos que quieren mantener la oferta de aparcamiento gratuito y no tener que pagar por seguir aparcando”.
La denuncia del PP llega ante el objetivo del equipo de gobierno de ejecutar la transformación de la calle Olegario Domarco Seller, una vía que cruza el barrio de Carrús prácticamente en su totalidad, en un espacio verde en el que la prioridad será peatonal. Es decir, contará con una plataforma única, como ha bautizado el bipartito al nuevo modelo de calles por el que está apostando para un futuro más sostenible en la movilidad de Elche. Esta actuación también supondrá que el «Plan Centro», con el que se han renovado una decena de calles del casco histórico, y con el que próximamente también se actuará en otra treintena de calles del centro y del barrio de El Raval, se extienda por primera vez a Carrús.
El proyecto para reconvertir la calle Olegario Domarco Seller en una zona verde de prioridad peatonal quedará enmarcado en la estrategia DUSI, sale a licitación con una inversión de 669.830 euros y tendrá un plazo de ejecución previsto de seis meses. La iniciativa tiene el propósito de conectar el barrio de Carrús con el río Vinalopó y supondrá tanto la reducción de la velocidad de esta vía hasta los 20 km/h como la regeneración del espacio urbano con la plantación de nuevo arbolado. Todo ello provocará que la prioridad pase a ser de los peatones, gracias al ensanchamiento de las aceras y la reducción del tráfico rodado a un único carril, siguiendo la misma filosofía que se está aplicando en el centro y que ha provocado las críticas de la oposición por cuestiones como la pérdida de zonas de aparcamiento o el caos de tráfico que se ha generado en algunos puntos de la ciudad por la puesta en marcha de los carriles bici, como sucedió en la avenida Juan Carlos I.
