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El Consell reducirá rotondas en la carretera a Santa Pola a medida que vaya duplicando los tramos

El soterramiento de las líneas telefónicas retrasa los trabajos de desdoblamiento en el tramo de Valverde, que abrió en julio los cuatro carriles, donde está por pavimentar la acera derecha

Una de las rotondas de la carretera de Santa Pola que carece de salida. | MATÍAS SEGARRA

Hasta once rotondas tienen que pasar los vehículos cada vez que van o vuelven de Santa Pola por la principal carretera que conecta con la localidad costera, la CV- 865 y solo en el tramo ilicitano. Lo curioso es que dos de estas glorietas no tienen salida, no conectan con ningún camino y solo hacen uso particulares para entrar a sus viviendas. La Conselleria de Obras Públicas tiene claro que con la duplicación total de los carriles la carretera va a eliminar todas las rotondas superfluas. Mientras tanto tiene todavía por finalizar el tramo de Valverde, cuyas obras se están retrasando.

La transformación de este vial por donde pasan al día alrededor de 17.000 vehículos comenzó en 2015 con la construcción de unas glorietas que se fueron incrementando a partir de 2018 bajo el argumento de mejorar la seguridad vial en la que era considerada la carretera autonómica más peligrosa de la provincia. La Generalitat optó por esta medida de manera provisional para eliminar las peligrosas medianas que caracterizaban este enclave y que tantos accidentes de tráfico causaban, incluso mortales. Y optó por llenar el firme de rotondas y después construyó una mediana para acabar con los adelantamientos.

Sin embargo, la calzada se quedó con más rotondas de las que tendrá finalmente el proyecto con el que el vial pasará de dos a cuatro carriles en todo el trayecto. La Generalitat tiene pendiente de desdoblar todavía cinco tramos para dar por finalizada la transformación definitiva que se comprometió que acabaría al final del mandato (2023), si no las obras, al menos, la licitación de las mismas. A corto plazo tiene que acabar las obras del tramo de Valverde, donde trabaja desde el pasado otoño. Pese a que abrió completamente al tráfico este verano y a que la previsión de la administración autonómica era haber acabado antes, los operarios tienen todavía trabajo por delante.

Desde Obras Públicas explican que la acera derecha no se ha pavimentado porque se están ejecutando los últimos remates que faltan de las conexiones subterráneas telefónicas. Estiman que estos trabajos estén listos en cuestión de dos semanas.

La carretera de Santa Pola, con el tramo derecho todavía en obras. | MATÍAS SEGARRA

Lo que queda

La conselleria tiene previsto licitar en los próximos meses las obras del siguiente tramo entre los puntos kilométricos 5+500 al 7,100 con un presupuesto estimado dos millones de euros. A continuación se acometerá la siguiente fase entre los puntos kilométricos 3+600 al 5+500, cuyo coste será de 2,5 millones de euros. Estas dos actuaciones que suponen la mejora de la seguridad en alrededor de cuatro kilómetros están recogidas en la Ley de Presupuestos de la Generalitat para 2021, tal y como aseguraron desde la Administración Autonómica, que por ahora no ha precisado más plazos. Cuando finalice la obra, que en total podrá superar los 11 millones de inversión, el desdoblamiento va a suponer un cambio sustancial en las condiciones actuales de circulación en la zona, puesto que el vial pasará a contar con cuatro carriles, dos por cada sentido, de forma que se facilitará a los vehículos las maniobras de adelantamiento.

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