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El acelerador contra el cáncer que regaló Amancio Ortega al Hospital General de Elche aún no funciona

El dispositivo para dar terapia fue montado en 2021, cuatro años después de la donación por el dueño de Zara, pero se sigue usando el de la concesionaria Eresa porque el nuevo no tenía aún plantilla asignada, lo que se quiere resolver este mes

Imagen de archivo de un acelerador lineal de radioterapia. INFORMACIÓN

El acelerador lineal de radioterapia (conocido por las siglas LINAC) donado en 2017 por el dueño de la empresa de moda textil Zara al Hospital General de Elche y que fue montado en el centro sanitario a comienzos de 2021 sigue sin funcionar. Este es el dispositivo que se usa más habitualmente para dar tratamiento a enfermos de cáncer. Suministra rayos X de alta energía a la región del tumor. Es por ello que hace ahora cuatro años la donación de Amancio Ortega, que fue de 30 millones a la sanidad valenciana, se anunciara como un logro en la lucha contra esta enfermedad y uno de esos aparatos fue a Elche.

¿Qué ha ocurrido para que siga sin funcionar al cabo de cuatro años y medio? Una serie de factores concatenados que comienzan con la burocrática donación, siguen con la pandemia y finalizan con el conflicto por la reversión de las resonancias entre la Conselleria de Sanidad y la concesionaria Eresa. Esta sigue controlando todas las pruebas que se hacen en Elche y lo hace con una de sus dos máquinas pues la segunda fue desmontada el pasado año y acabó en el desguace porque había que buscar espacio para colocar la nueva donada por el empresario después de que Sanidad descartara construir otro búnker para alojarla y contar, en definitiva, con espacio en Elche para tres de estos aceleradores, como reclamaron los trabajadores afectados. Fuentes sanitarias explicaron que la máquina de Ortega se usa de forma ínfima en relación con la de Eresa por la falta de personal asignado, ya que con la salida del segundo acelerador de Elche se fue todo el personal contratado por Eresa. Parte de él ahora se ha contratado para que gobiernen la nueva máquina, lo que podría producirse este mes o el próximo.

Se da la circunstancia de que el LINAC donado, como cualquier otro acelerador, precisa de una segunda máquina para cumplir su labor: un TAC de localización o posicionamiento necesario para planificar las radioterapias, pues el de Amancio Ortega no venía con él. Con todo ello, es más que probable que cuando el conflicto entre Eresa y Sanidad por la reversión concluya, el acelerador que aún tiene la empresa en Elche, como pasó con el otro, también acabe en un desguace. Un portavoz de Sanidad, a preguntas del diario, dijo desconocer qué iba a pasar. Ese TAC que necesitaba el acelerador donado se compró con fondos del confinamiento pero tampoco tiene personal asignado. «A mediados de octubre ya están citados pacientes para el TAC y por lo tanto a finales de octubre ya serán tratados con el acelerador lineal», explicó un portavoz a preguntas del diario.

Con todo ello, la realidad es que en Elche se están realizando todas las pruebas con la máquina de la concesionaria cuando se podría haber tenido hasta tres. Sanidad insistió en que, pese a todas estas vicisitudes, el servicio ha seguido prestándose. ¿Cuándo cesará el acelerador de la concesionaria? Sanidad no lo sabe pero todos los pacientes a los que ha atendido, tiene que acabarles sus tratamientos porque no pueden cambiar de máquina.

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