Un año después de que los tres mosaicos de Sixto Marco se retirasen de la Plaça de Baix por las obras de la Corredora, las piezas de arte han regresado al centro ilicitano, pero esta vez a los pies de la basílica junto a la puerta principal. Estos días operarios han estado trabajando en la plaza de Santa María para colocar los tres mosaicos que formarán parte del suelo que los ilicitanos pisarán en las próximas representaciones del drama asuncionista, ya que el Ayuntamiento asegura que para entonces estarán totalmente asentados.
Este miércoles representantes municipales como el alcalde, Carlos González, y la concejal de Cultura, Marga Antón, visitaron el estado de las piezas trasladadas tras haber estado un año guardadas en un almacén. También acudió el presidente de la Junta Rectora del Misteri, Francisco Borja; el vicario episcopal, José Antonio Valero; el rector de Santa María, Ángel Bonavía, así como el arquitecto municipal, Julio Sagasta y Sixto Marco. Desde el Consistorio indican que esta nueva ubicación fue acordada con el Patronato por ser la más idónea ya que es precisamente por donde pasa todo el cortejo y tienen lugar las representaciones.
La transformación de la céntrica Corredora en una calle peatonal supuso el año pasado la desaparición de estas piezas alusivas al Misteri frente al arco de la Casa Consistorial y emplazado entre dos palmeras. Se conocen como los mosaicos de Sixto Marco, pues fue el polifacético artista en que fraguó la idea y colocó el primero en 2002, mientras que otras dos artistas y discípulas suyas, Antonia Soler y María Dolores Mulá, lo completaron tras su muerte, a la edad de 85 años. Desde finales de 2009 lucía también la última obra realizada con múltiples teselas de 2x2 centímetros en mármol de Novelda y en vivos colores.
Los mosaicos reproducen bocetos del autor sobre algunos momentos cumbres del drama sacrolírico: la Judiada; el cortejo de la Virgen, con los dos ángeles y las tres marías; y el Araceli, con sus ocho personajes.
