Recuperar las tradiciones antiguas, cómo era bailar en los guateques en Elche hace unas décadas, cómo se enfrentaron los mayores a la guerra civil o cómo era trabajar en una fábrica antaño cuando incluso los niños ya ayudaban a la economía familiar. La escuela de adultos Mercè Rodoreda se ha propuesto dar luz en forma de libro a muchos recuerdos de mayores con ganas de contar sus vivencias, algunas alegres y otras dramáticas.
Unos cincuenta alumnos del centro, entre 60 y 90 años del grupo de alfabetización y neolectores han participado durante los últimos tres años en esta iniciativa que pretendía ejercitar la memoria de los mayores, motivarlos y, también, servir de legado cultural para las nuevas generaciones.
Precisamente este viernes presentaron en el centro de congresos la publicación. El título es «Nuestra Memoria», editada en castellano y valenciano y próxima a 200 páginas repletas de testimonios y fotografías inéditas que ellos mismos han cedido sobre los modos de vida décadas atrás.
Consol Conca Coloma, coordinadora del proyecto, apunta que la idea era ahondar en los recuerdos de los mayores para mejorar su capacitación, sin tener que recurrir a una formación basada en fichas y libros de texto. Así las cosas, el trabajo ha sido en equipo. Unos alumnos se encargaban de dictar a otros sus vivencias, y éstos tenían que escribir en la pizarra el testimonio, con el fin de resolver entre todos posibles faltas de ortografía, así como desentrañar situaciones cotidianas pasadas.
La profesora indica que no se trata de un libro cualquiera si no que tiene una base didáctica porque la misión era fomentar el aprendizaje de los alumnos y prevenir pérdidas cognitivas. Otros profesores del centro e incluso algún alumno de otro curso han colaborado para dar forma a la publicación.
Se han editado medio millar de ejemplares que se repartirán en las bibliotecas de la ciudad, escuelas de adultos de Alicante, Elche y comarca, así como entre entidades como la Cátedra Pedro Ibarra, AFAE, la asociación de amas de casa y la de la tercera edad con el reto, también, de captar nuevos alumnos.
De igual forma, se repartirán ejemplares en institutos para que los más jóvenes también sientan curiosidad por cómo era la vida de antes. Los relatos también ayudan a comprender en primera persona cómo sufrieron la guerra civil, de qué manera sobrellevaron los años de la dictadura y de qué manera se afrontó la transición española, además de contar múltiples anécdotas de la mili.
En esta radiografía de la sociedad de la época también aparecen momentos de emigración a la ciudad, ya que hay alumnos que cuentan cómo abandonaron sus lugares de origen, de Andalucía, Murcia o Castilla La Mancha, entre otros, en busca de oportunidades laborales en Elche.
La industria también tiene un papel reseñable en la obra, ya que relatan cómo empezaron a trabajar en fábricas incluso desde niños. Una de las alumnas, María Teresa Macià, aporta, por ejemplo, imágenes de finales de la década de los sesenta en los que se ve una plantilla de jóvenes trabajadoras en una fábrica ilicitana.
De igual forma, cada usuario analiza cómo fue su infancia, como el caso de una usuaria que cuenta que sus padres no podían hacerle regalo de reyes y ella misma ahorraba para que sus progenitores no se sintieran mal. «Se muestra cómo han salido adelante y han sobrevivido estas personas que ahora son nuestros mayores», apunta la coordinadora.
El libro se detiene en amoríos, noviazgos y ciertas faltas de libertad que se vivían entre las parejas, que por las costumbres salían acompañadas de familiares antes del matrimonio.
La publicación muestra cómo eran las bodas y cómo se aprovechaba el mes de julio, cuando terminaba la temporada en las fábricas, para casarse. Otra parte importante era las vías para divertirse, una de ellas en el baile de la Rosaleda del Parque Municipal. El documento también expresa cómo eran las relaciones entre los vecinos de la ciudad y las pedanías o cómo fue la efervescencia cultural de los primeros tiempos del Gran Teatro. El primer trabajador en la terminal de El Altet también narra cómo fueron aquellos tiempos de expropiaciones de terrenos para dar forma a lo que hoy es uno de los aeropuertos más importantes del país.
