El Partido Popular ha anunciado que no dará su apoyo a la renovación de la Ley del Palmeral de Elche al cabo de 35 años en una votación aplazada a la jornada de hoy en las Cortes Valencianas en la que está previsto que el Botànic saque adelante el documento con el apoyo de Ciudadanos. Los populares, salvo que lleguen a un acuerdo de última hora con PSOE, Compromís y Podemos, han optado por abstenerse en la aprobación de una normativa que pretende garantizar la supervivencia del Patrimonio de la Humanidad ilicitano porque la actual está completamente desfasada.
La razón que dio ayer el PP en el parlamento valenciano para desmarcarse de la iniciativa en la que han trabajado Ayuntamiento, Generalitat y colectivos realizando aportaciones, es que la nueva ley «no va a solucionar los problemas» que tiene el Palmeral de Elche y descartó que la especulación urbanística sea en estos momentos una amenaza para el tesoro ilicitano.
Para la diputada popular, Elisa Díez, dijo que uno de los principales problemas es que la futura normativa «va a cerrar la puerta a la iniciativa público-privada», ya que en los huertos históricos no se va a permitir ampliar construcciones existentes para abrir negocios privados, como pueden ser hoteles, pero sí que se podrán habilitar museos o centros de interpretación. «Sin colaboración público-privada el Palmeral corre peligro de desaparecer», vaticinó Díaz, quien lamentó que el 80% de los huertos protegidos por la Unesco van a pasar a manos públicas.
El PP también está en contra de en expropiar a propietarios «cuando exista peligro de cometer infracciones, incluso antes de cometerlas» y culpó al Botànic de emplear su «ideología sectaria» también en la redacción de la nueva ley. La popular dijo incluso que «con el Palmeral actual, Pedro Ibarra tampoco aprobaría esta ley» y avanzó que «cuando entremos a gobernar la cambiaremos», entre otras cosas, además, porque el PP considera que tampoco han escuchado a la sociedad ilicitana y acusó al gobierno valenciano de dejar fuera a los colegios de profesionales.
Igualmente Vox avanzó en su intervención que tampoco respaldará la ley por creer que es «ineficiente». Los principales argumentos que dio su diputada, Mirian Turiel, es que están en contra de que los órganos de control del Palmeral aumenten el número de sus integrantes y acusó al Botànic de no solucionar los problemas del Palmeral «cambiando nomenclaturas y dando mayor participación» a unos organismos que no se reúnen con la periodicidad que deben.
La postura del PP y de Vox hizo estallar a los socios del Botànic, especialmente al PSOE, que de la mano de su diputado, Francis Rubio, tildó de «lástima» y de «oportunidad perdida» la situación, además de responsabilizarles de «decirles no a los ilicitanos con su abstención». El diputado ilicitano lanzó otro mensaje a la derecha al final de su intervención: «algunos siempre desaprueban lo que no son capaces de hacer y esos son ustedes».
La diputada de Compromís, Aitana Mas, defendió, en contra de lo que dijo el PP, que el ADN de la ley es el proteccionismo y que eso hace que en el artículo que regula los usos del Palmeral se busque «priorizar el uso agrícola y después estudiar qué se puede hacer». Respecto a las expropiaciones, Mas aseguró que apenas va a cambiar en nada este artículo sobre lo que ya decía la ley de 1986. «La amenaza sois ustedes y sus políticas», dijo al PP.
Podemos defendió una visión integradora en el espacio urbano. «No hay que olvidar que el Palmeral no puede ser solo un paisaje urbano ni solo un sistema agrario, debe ser un todo», señaló la diputada Naiara Davó, quien cargó contra el urbanismo depredador y también defendió que la ley se ha configurado con rigurosidad.
«Sí» naranja
Aunque Ciudadanos avanzó que sí que votarían a favor de la nueva ley, su representante, el también ilicitano, Emigdio Tormo, reconoció que hay cosas que quedan en el tintero y que son mejorables. El diputado de la formación naranja se refirió al Palmeral de Elche como «anciano» para resaltar la importancia de que exista un consenso entre todos con el fin de contar con la mejor ley de protección. «Hay un bosque milenario y delicado que no se ha cuidado como se merece», señaló, en referencia al picudo rojo y al urbanismo depredador como los males más recientes de este Patrimonio de la Humanidad. También apuntó Emigdio Tormo, coincidiendo con el PP, a la falta de colaboración de lo público y lo privado y de esto último hizo responsable a la izquierda.
