Con el paso de los años la fiesta importada de Halloween ha ido asentándose tanto que los más pequeños esperan ansiosos la noche en la que impera el truco y trato, las bolsas llenas de caramelos y los disfraces siniestros. Y, pese a la lluviosa tarde de sábado, también se recuperó ayer un castillo encantado en l’Hort de Baix que generó largas colas para transportar a niños y mayores a míticas escenas de lo más terroríficas.
El Ayuntamiento, a través de la concejalía de Fiestas, volvió a montar este tenebroso escenario tras la fuerte demanda que ha tenido por parte de los progenitores, ya que el pasado año se tuvo que cancelar buena parte de la programación especial por recomendación sanitaria contra el coronavirus. En la pasada edición había preocupación por la posible celebración de fiestas privadas, por lo que hubo un refuerzo policial, que este año también estuvo presente en la ciudad, porque al margen de la celebración pagana, también se sumaba la representación del Misteri y el partido del Elche-Real Madrid.
La actividad arrancó una hora más tarde de lo previsto porque a nivel municipal se estaba valorando si podía celebrarse debido a la amenaza de lluvias. A primera hora parecía que era más tarde porque el cielo estaba bastante encapotado. Aún y así el tiempo se estabilizó y no tuvo que suspenderse finalmente.
Pasear por el icónico huerto entre mágicas tinieblas subió la adrenalina de los menos aprensivos mientras pasaban con sus disfraces entre tumbas, esqueletos, un árbol embrujado que contaba relatos terroríficos o incluso una cueva donde caía algún que otro susto.
Entre el mundo de fantasía destacaron también brujas con pócimas mágicas, así como fantasmas y personajes de películas de animación como Coco y Mamá Coco, de la mítica película que rememora la tradición por el Día de Todos los Santos en México.
También había personajes de la talla de Jack Skellington, Maléfica o Mickey y Minnie caracterizados como Drácula, además de katrinas que guiaban a las familias. Para inmortalizar el momento, los participantes se hicieron fotos con sus disfraces en un photocall. El acceso al recinto se realizó desde el paseo de Jaca, junto al Palacio de Altamira. Para entrar los usuarios debían desinfectarse las manos y llevar mascarilla. De las 21h a la medianoche estaba previsto que el Dj Belda amenizase la velada con música en este mismo enclave.
