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El Ayuntamiento de Elche deniega tras cinco años indemnizar al joven que sufrió un infarto en la Ciudad Deportiva

El padre de Aaron asegura que llevará el caso a los tribunales por la falta de un retén sanitario en las instalaciones y lamenta que hayan tardado un lustro en contestarle

El joven Aaron realizando un saque de honor tras salir del hospital en 2016. | SERGIO FERRÁNDEZ

A Aaron Soler se le «paró» el corazón hace cinco años cuando jugaba un partido de fútbol en la Ciudad Deportiva de Elche. Sufrió una parada cardiorespiratoria, pero logró contra todo pronóstico recuperarse aunque con secuelas cerebrales que le cambiaron la vida con tan solo 19 años de edad. Un lustro después, el Ayuntamiento le ha dicho a su familia que carece de responsabilidad alguna en lo que le ocurrió al joven ilicitano. Sus padres han decidido llevarlo a los tribunales donde van a interponer un contencioso administrativo.

Tras aquel fatídico 14 de febrero de 2016, los familiares de Aaron presentaron una reclamación patrimonial al Ayuntamiento por la inexistencia de un retén sanitario en las instalaciones deportivas y de una ambulancia que podrían haber evitado las lesiones que va a tener el joven de por vida.

Sin embargo, según Octavio Soler, el progenitor del chaval que ahora tiene 25 años, ni la Administración local ni su aseguradora están dispuestos a compensar económicamente al afectado. «Ni todo el dinero del mundo podría devolverle la vida que tenía antes a mi hijo», sostiene Octavio, quien asegura que lo que más les ha dolido es haber tenido que esperar cinco años para tener una contestación de la administración local. «Lo único que le pedimos en su día al alcalde es que aceleraran el trámite para no esperar tanto», lamenta.

El Ayuntamiento ha alegado, en base a un dictamen del Consell Jurídic Consultiu, que no existe la obligación de tener un servicio sanitario, ni ambulancia, ni desfibrilador, para la actividad deportiva en la que se sucedieron los hechos, donde señala que estaban previstas 168 personas, ya que la ley solo obliga a tenerlos en eventos de calle, ligas profesionales y cuando haya un número elevado de espectadores (más de 200 personas).

Su día a día

La diferencia de que hubiera o no ambulancia en el momento que a Aaron sufrió la parada cardiorrespiratoria fue, según el padre, clave: «si hubiese habido un retén sanitario o una ambulancia mi hijo no estaría así», dice Octavio. Él y su familia entienden que este vehículo sanitario debería de haber estado allí por el tipo de instalación que es la Ciudad Deportiva, donde hay cabida para mil personas.

«Lo que nosotros decimos es que si ese día hubiese habido un retén, una persona que supiese actuar en caso de emergencia, llamar al 112, poder hacer una RCP, organizar la cadena de la vida, la ambulancia hubiera llegado antes y Aaron no sufriría las secuelas que tiene hoy en día. Un retén te asegura que por lo menos allá un técnico de emergencias que sepa cómo actuar en casos así», explica el padre del joven.

Ahora, la vida de Aaron, cinco años después de aquello, es muy diferente. De estar cursando segundo de Criminología, el joven ilicitano se esfuerza cada día por plantar cara con la ayuda de los suyos a las secuelas cerebrales que sufre. Según su padre, trató de recuperar sus estudios, pero no pudo porque su memoria no es la misma y ahora va a recibir una formación adaptada a personas con biodiversidad cerebral. «Necesita ayuda para casi todo, comer, ducharse, fuera del barrio tiene que salir acompañado...», lamenta Octavio.

El caso de este ilicitano conmocionó a la ciudad y fueron cientos las voces que dieron su apoyo a la familia y reclamaron mejoras sanitarias para las instalaciones deportivas municipales.

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