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Los usuarios del Centro de Mayores se sienten olvidados sin bar, petanca o biblioteca

Malestar por la limitación de servicios y de clases, en un centro que funciona con cita a través de la web o por teléfono - La Generalitat achaca la actual situación al covid

Usuarios del CEAM de Elche, esperando a ser llamados para poder entrar en alguno de los talleres o clases.

Usuarios del CEAM de Elche (Centro Especializado de Atención a Mayores) están molestos con la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas al sentirse abandonados. Consideran que se está obviando a este centro y que, más allá de las obligaciones de las medidas sanitarias, los servicios y las atenciones que se ofrecen son insuficientes.

Algunos de los que aquí acuden se quejan, por ejemplo, de que no haya bar (cerrado desde antes de la crisis del covid), de que no se pueda jugar a la petanca al aire libre o de que se tenga que hacer cola a la intemperie para poder entrar a alguna de las clases. Y es que, según habituales de este centro, el profesorado sale a la puerta del centro y llama a los inscritos para, por ejemplo, las clases de gimnasia, inglés o memorización. El motivo es que el número de personas en el aula está aún muy limitado. Así por ejemplo, en principio para gimnasia no se debe rebasar la cifra de seis asitentes.

«Todo está vacío», señala Fina, una usuaria de este centro que lamenta que esté todo tan «desangelado».

Hace unos pocos días se colocó un cartel en el vallado del centro, justo en la entrada principal, donde se invita a las personas mayores a pedir cita al podólogo (7,5 euros), peluquero o barbero (5 euros) a través del móvil mediante código QR, algo que muchos de los asiduos o no saben lo que es o no dominan. También es cierto que se invita en su defecto a solicitar cita a través de la web o bien llamando a un número de teléfono.

«Llevamos más de un año que no nos dejan entrar a casi absolutamente nada», denuncia José Asencio López, exintegrante del consejo de gobierno del CEAM, órgano que por cierto ya no existe, según él propio afectado.

En lo que antes era el antiguo Hogar del Pensionista tampoco se puede leer prensa ni libros. El coro ha desaparecido y el yoga se ha limitado mucho. Sí que siguen funcionando las clases de memoria y también las de Inglés, aunque en este caso de 12 se ha pasado a una limitación de seis alumnos. Aunque se ha anunciado la creación de un nuevo CEAM, de momento este es el único que hay para un municipio de 230.000 habitantes. Eso sí, los usuarios se sienten seguros con respecto a la pandemia, ya que además de ventilación cruzada hay purificadores de aire y toma de temperatura.

Código QR en el vallado de entrada. | A.I.

«Ahora no estoy contento con el CEAM. No nos dejan jugar al dominó, ni a cartas, ni hay actividades al aire libre», expone por su parte Octavio Soler, otro «beneficiario» de este centro ubicado entre el aparcamiento de Candalix y el Paseo de la Estación.

El enojo de estos mayores ilicitanos sube un peldaño más tras asegurar que mientras en Elche están olvidados, en el centro de mayores de Pío XII sí se están permitiendo muchos más servicios.

Pese a todo, el CEAM anuncia que oferta cursos de música y emociones, de manejo de móviles, gimnasia suave, lectoescritura, pintura, ritmos, autoestima, cine-fórum… Eso sí, los aforos a las salas se reducen para poder garantizar una distancia mínima de dos metros.

Frente a estas quejas, la conselleria afirma que que el CEAM de Elche «es uno de los más activos» de la Comunidad Valenciana. De hecho, se está trabajando para que puedan duplicar las horas de actividades anuales que tienen programadas, y que en la actualidad son de 2.500, pero hay que tener en cuenta que existe una normativa sanitaria derivada de la pandemia que es de aplicación en todos los ámbitos», añaden las mismas fuentes.

Con respecto a la comparación con otros CEAM, el de Elche, según manifiesta la conselleria, tiene unas dimensiones más reducidas que el de Alicante y para cumplir las distancias de seguridad las actividades se deben realizar con grupos más reducidos. «En todo caso no es cierto que la actividad esté prácticamente paralizada. El Ayuntamiento ha ofrecido un local para poder ampliar las actividades, pero las personas usuarias lo han rechazado», agregan.

Los grupos de petanca se van a iniciar en breve y ya se han convocado los talleres cuatrimestrales. «Según nos indican no existe un código QR para solicitar los servicios de podología y peluquería, sino que se hace por cita previa» y en cuanto al bar, «se está esperando un informe del INVASSAT -Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo- al respecto sobre cuestiones de seguridad, ya que la hostelería se rige por sus propias normas», añaden desde la mencionada conselleria.

«Es lamentable, esto está desaprovechado», concluye en cualquier caso José Asencio, quien recuerda lo mal que lo pasaron antes de que la anterior responsable, Eva Sánchez, llegara y lo bien que se sentían atendidos y queridos durante los cuatro años de esta. Tras su salida, aseguran varios usuarios consultados a la puerta del centro, el CEAM ha vuelto a decaer.

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