Contra el cáncer de mama. Araceli, Laura, Julia o José Manuel solo son algunas de las miles de personas que se enfundaron este domingo su camiseta rosa para honrar en Elche a quiénes el cáncer de mama venció, y, sobre todo, reivindicar más investigación de la enfermedad. Amacmec pudo volver a organizar este ansiado encuentro tras el parón por la pandemia y la jornada estuvo repleta de música y emociones a flor de piel.
Suena «Madre Tierra» de Chayanne y una batucada para celebrar la vida, y los abrazos terminan caldeando una jornada de frío y viento que dejó un buen sabor de boca por haber contribuido a seguir investigando el cáncer de mama. Así terminó este domingo en Elche la numerosa marcha solidaria que Amacmec ha podido recuperar tras el parón de 2020 por el covid.
Una marea rosa que partió con más de 3.000 personas iluminó las calles de la zona centro de la ciudad para batallar contra una enfermedad que cada año afecta, sobre todo, a miles de mujeres. Igualmente, días antes arrancó de forma virtual la prueba solidaria para corredores.
El objetivo con esta edición era recaudar fondos con los que conseguir mejores servicios y tratamientos para las socias afectadas, ya que la aportación ciudadana contribuirá a seguir prestando atención psicológica, fisioterapéutica así como para mantener las funciones de la trabajadora social y las labores de administración, entre otras atenciones como terapias de apoyo de Pilates , yoga, pintura y múltiples talleres para mejorar el estado emocional y físico de las afectadas como risoterapia , nutrición o manualidades, tal y como explicaba Manuela Agulló, presidenta de la entidad.
Segundos después volaron al cielo varios globos rosas «en recuerdo de todas aquellas mujeres que ya no están», señalaba la representante de la entidad junto a Consuelo García, presidenta saliente y autoridades locales que también participaron como el propio alcalde, Carlos González, y ediles de la corporación.
El recorrido, esta vez de cuatro kilómetros y con nuevo trayecto, discurrió desde el Paseo de la Estación por el Puente de Altamira hasta Vicente Blasco Ibáñez y pasando por la Plaça de Baix y Corredora así como Candalix hasta volver al punto de origen. Fue una jornada sin incidencias en la que se tuvo que lidiar con el viento y en parte con la pandemia, aunque era difícil cumplir ciertas distancias sociales también hubo una marea de mascarillas rosas para enfatizar la causa. Conforme iba avanzando la marcha más personas se fueron sumando sin importarles las inclemencias del tiempo.
«Soy afectada de cáncer de mama y desde hace tres años vengo. Nos sentimos muy arropadas y necesitamos recursos y ayudas para la investigación para que los tratamientos no sean tan agresivos», señalaba Araceli del Arco, que acudía acompañada de su ahijada.
«Nos puede pasar a cualquiera por eso he cogido por costumbre venir», apuntaba Laura Román, otra vecina. «He perdido varias amigas por el cáncer y tenía que estar para dar a conocer por qué hemos estado, que es reivindicar más investigación», apuntaba Julia Martínez.
José Manuel Tomás, como parte de la organización desde la empresa de distribución Musgrave, participó con su hija, su mujer y su perro. Como ellos podía verse a familias al completo juntos por una lucha común.
La nueva edición de la marcha solidaria de Amacmec contó con la participación de miles de vecinos de la ciudad y otras localidades próximas que quisieron visibilizar la enfermedad a través de un manto rosa que dio vida a las calles de la ciudad. Había grupos de niños en patinetes así como afectadas de la enfermedad que tomaron esta prueba como un reto solidario para ayudar a la investigación. Las familias al completo no faltaron ya que incluso algunas mascotas llevaban las dorsales. El recorrido tuvo por primera vez más presencia por el centro aprovechando la peatonalización de la Corredora.
