Para quién no lo sepa, Icomos es una organización no gubernamental asociada con la UNESCO y su misión principal es defender la conservación, protección y puesta en valor del patrimonio cultural. Y, en los temas relacionados con los Patrimonios de la Humanidad, su opinión es fundamental para conseguirlos o perderlos por mala gestión.
Por eso su labor fue decisiva para que Elx consiguiera sus patrimonios de la Humanidad. Se le reconoció, unánimemente, su trabajo y se alabó su dedicación. Curiosamente, cuando ha emitido informes mostrando su preocupación por el estado de los mismos no ha recibido tantos elogios. Incluso ha padecido descalificaciones. Cuando advirtió del peligro que representaba, para El Misteri el intenso tráfico que generaría en el entorno urbano en el que se celebra el macroaparcamiento del Mercado Central, promovido por el PP, recibió críticas de este sobre injerencias en un tema municipal, desconocimiento de la realidad, información sesgada, etc.
Ahora acaba de emitir otro informe, en este caso sobre el futuro del edificio del Mercado Central. Ante la posibilidad de que el Ayuntamiento apostara por su derribo, como claramente se estaba dando a entender desde hace un tiempo, Icomos advierte, para preservarlo, de toda una serie de valores, no sólo materiales o funcionales del mismo sino, también, sobre su valor cultural en un entorno tan histórico de la ciudad. El informe choca con la idea municipal de su derribo aunque, curiosamente, ahora dicen que era la misma y que la estudiarán. Desde la conversión de San Pablo al caer de su caballo, no se había visto una transformación tan súbita. Bienvenida sea, si se aplica.
Aunque hay un dato que merece destacarse: Tanto en un caso como en otro, Icomos actúa previa petición de la ciudadanía ilicitana. No se lo pide el Ayuntamiento, A pesar de gobernar el PSOE y Compromís el consistorio, no es este el que busca esta solución. Hay que traérsela para que la pueda utilizar. Excesivo conformismo y despreocupación del equipo de gobierno ante este tipo de situaciones.
En el caso del Mercado Central y su macroaparcamiento, fue un colectivo como «Salvem el Mercat» el que luchó acertadamente contra el proyecto y denunció su afección al Misteri, consiguiendo que Icomos advirtiera del peligro que representaba para el mismo y evitando una aberración como la prevista y que buena parte del Ayuntamiento parecía asumir, como «mal menor producto de la herencia recibida». Sin tal denuncia, y la reacción de Icomos tal vez la aberración estaría construida.
Igual pasa con el viejo edificio del Mercado Central. Ahora que al Ayuntamiento parecía molestarle su presencia, ha tenido que ser un grupo de personas, encabezada por la arquitecta Diana Forner, según consta en la respuesta de Icomos, la que les advirtiera de las intenciones municipales de PSOE y Compromís, y haya tenido que recordarles los valores que contiene y que, de acuerdo con la legislación sobre patrimonio, le hacen merecedor a su pervivencia y rehabilitación para ofrecer un espacio que bien podría recoger una parte de su actividad comercial tradicional unida al ocio y restauración. Esperemos que así se evite su pérdida y contribuya a revitalizar la zona centro de la ciudad.
También tuvo que intervenir un colectivo ciudadano para detener el proyecto de construir 950 viviendas en la finca El Arsenal, con grave afección a huertos que hoy son Patrimonio de la Humanidad. Denuncia que tras ser formulada al Ayuntamiento y no obtener respuesta adecuada, tuvo que plantearse ante el Ministerio de Cultura que ordenó paralizar cautelarmente el proyecto.
Es hora de que el Ayuntamiento sea el que encabece la defensa del patrimonio, y no continúe siendo la entidad a la que hay que denunciar por no hacerlo. Es inexplicable y decepcionante la actuación del actual equipo de gobierno y debería mostrar mayor preocupación por el tema.
