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El alcalde estudiará la concesión de las Clarisas como hotel en contra de sus socios de Compromís y del PP

El PSOE ve con buenos ojos la idea para impulsar el turismo y garantizar la conservación del edificio, mientras Esther Díez se niega a que la iniciativa privada gestione todo el inmueble

El convento de La Merced, antigua sede de las monjas Clarisas, es un edificio de propiedad municipal. | ANTONIO AMORÓS

La oferta de convertir el convento de La Merced, antigua sede de clausura de las hermanas Clarisas, en un hotel de cuatro estrellas va a ser estudiada a fondo por el alcalde, Carlos González, que a priori considera que es una iniciativa positiva impulsar el turismo y la conservación de un histórico edificio municipal que está degradándose a marchas forzadas. Sin embargo, el PSOE no contará con el apoyo de su socios de gobierno, Compromís, que, en parte, no comparte el proyecto rechazado también por el PP y que sí que ha sido recibido con buenos ojos por parte de Vox, Ciudadanos y el edil no adscrito.

De nuevo, entre los grupos políticos de la corporación hay división de opiniones sobre el futuro que se le quiere al histórico inmueble del centro castigado por la falta de inversión, un inmueble que en la última campaña electoral fue objeto de diversas promesas para ponerlo en valor sin que ninguna haya llegado a buen puerto.

Para el regidor socialista, la propuesta para transformar el histórico edificio, que desde 2007 pertenece al Ayuntamiento, «puede ser un factor que sirva para impulsar el turismo de calidad en la ciudad, para consolidar la reactivación económica del centro comercial y para garantizar la adecuada conservación de un edificio histórico, que tiene un inmenso valor cultural y patrimonial». El primer edil, quien insiste en que primero hay que conocer los detalles del proyecto, presentado hace meses por los promotores en forma de estudio previo, considera «esencial para su viabilidad que se trate de una actuación que sea estricta y rigurosa con la protección del gran valor patrimonial que tiene el edificio».

No opinan lo mismo sus socios en la Plaça de Baix. Compromís ya lo ha hecho saber, de hecho, al alcalde, y aunque cree que el convento podría ser compatible con un hotel y que hay que intervenir de urgencia para su conservación, su portavoz, Esther Díez, asegura que lo rechazan en las condiciones que lo han presentado los promotores.

La negativa de Compromís a aceptar esta oferta tiene que ver con la «privatización que va a suponer que dos de los espacios con mayor valor patrimonial del edificio estén gestionados por la iniciativa privada». Se refiere a la iglesia antigua del monasterio, de época gótica, que se transformaría en un restaurante que los promotores sí que plantean abrir al público en general. Pero esto no es suficiente para este grupo municipal que considera que el Ayuntamiento es el que debería decidir sobre el uso y los horarios que se le dan a esta valiosa estancia del convento.

Y sobre un asunto como éste, el PP ha coincidido en algunos puntos con Compromís. Su portavoz, Pablo Ruz, aboga por «destinar el edificio más antiguo de la era cristiana de la ciudad para uso cultural por su relevancia patrimonial por estar enclavado en el corazón del casco histórico que además tiene deficiencias en este sentido».

Los populares rechazan un hotel porque defienden que el convento debe ser un espacio para exposiciones, para una biblioteca pública, para un pequeño auditorio y abrir el patio para conciertos de música de cámara mediante convenios con el conservatorio. «El dinero público está para invertirse en patrimonio cultural», insiste Ruz.

Vox considera que otras iniciativas en el resto de España han funcionado y que el hotel podría ser una buena opción, pero cree que el Ayuntamiento debería de haber sacado fondos públicos para su rehabilitación y trasladar a parte del Ayuntamiento allí, en lugar de alquilar oficinas, o bien usarlo como museo.

Ciudadanos lo ve como un proyecto «interesante», aunque su portavoz, Eva Crisol, admite que el mantenimiento del edificio debería haberlo hecho el gobierno municipal. No obstante, ante las circunstancias en las que está, Ciudadanos sí que está a favor de una colaboración público-privada para contribuir al mantenimiento del inmueble.

El edil no adscrito, Eduardo García- Ontiveros, cree que el hotel puede ser la solución y una gran oportunidad para dianamizar el centro histórico. «Lo esencial es que quede rehabilitado y no termine perdiéndose por la dejadez de unos y de otros», sostiene.

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