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Ángel Urbina REGANTE, PRESIDENTE DE LA COMUNIDAD GENERAL DE USUARIOS DEL MEDIO VINALOPÓ Y L’ALACANTÍ

«La sobreexplotación de acuíferos es el problema más grande de la provincia a nivel medioambiental»

El veterano Ángel Urbina ha asumido recientemente una nueva responsabilidad, al ponerse al frente de una entidad que gestiona cerca de 40.000 hectáreas de regadío de la provincia, de una gran riqueza económica

El regante ilicitano Ángel Urbina, en una fotografía que fue tomada el pasado miércoles en la plaza de la Glorieta. | ANTONIO AMORÓS

¿Cómo afronta su nueva responsabilidad al frente de los regantes de las comarcas del Medio Vinalopó y l’Alacantí?

Es una responsabilidad enorme representar al 70% del regadío del Vinalopó. Lo más importante es que lleguemos a un acuerdo para traer agua del Júcar y parar la sobreexplotación de acuíferos en la comarca, que es el problema más grande que tiene la provincia y España a nivel medioambiental. Ahora tengo la oportunidad de presidir a regantes de tanto prestigio como los de Albatera, Aspe, Novelda, Monforte o La Romana y trasladaré los problema a la Generalitat Valenciana y a la Confederación Hidrográfica del Júcar.

¿Cuáles son los problemas a los que está haciendo alusión?

Tenemos que resolver de una vez por todas la utilización del Júcar-Vinalopó. Es un proyecto que está sin terminar y que forma parte de los anales de la historia. Existen documentos gráficos en el Archivo Municipal de Elche que citan su inicio el 20 de mayo de 1420. Han pasado 602 años desde que el consejo municipal de la villa solicitó el trasvase.

Antes señalaba la grave situación generado por los acuíferos, ¿qué puede añadir de ello?

La provincia de Alicante ha sido maltratada por todos los gobiernos de este país en el tema del agua. Según han ido creciendo las ciudades, se han desarrollado los abastecimientos y regadíos de Madrid, Bilbao, Barcelona, València, Sevilla... A la provincia solo la han dejado a expensas de sacar agua por sus medios, incluso privados, de los pozos. Hemos estado toda la vida regando con agua de pozos y eso no puede ser. Las alternativas de los años setenta y ochenta, como el trasvase Tajo-Segura, el Júcar-Vinalopó o el del Ebro, se han anulado.

¿Cómo ve la situación actual del trasvase Tajo-Segura?

Presentamos alegaciones hasta el 22 de diciembre para que el agua venga a la provincia. Algunas han contado con más apoyo de las administraciones y otras con menos. Las alternativas pintan mal para todos porque se están basando en estudios de caudales ecológicos políticos para quitar al Tajo-Segura agua real. Quererla sustituir ahora con las desaladoras, con el precio de la energía eléctrica, es una utopía.

¿Hay relevo generacional para la gente del campo?

Con la crisis del años 2008 volvió a resurgir la actividad agraria y se modernizaron muchas formas de regadío y producción. El campo ahora está muy tecnificado. Desde hace cuatro o cinco años vivimos con la incertidumbre de qué pasará con el agua. También se ha producido un ascenso vertiginoso del precio de fertilizantes, combustibles, energía y abonos, lo que hace que se haya parado el relevo. La gente joven tiene miedo a meterse en un sector que es realmente imprescindible para la sociedad.

Entonces, ¿podemos hablar de una situación preocupante?

Todos, políticos, maestros, médicos, tienen que comer. La sociedad nos ha dado esa responsabilidad a los agricultores. Esto genera incertidumbre y preocupación. Mucha gente también habla de una desilusión. El comienzo de la pandemia nos pilló manifestándonos porque los precios agrícolas no cubrían los costes de producción. De manifestarnos en las carreteras y cortar el tráfico pasamos en 24 horas a la fumigación contra el coronavirus y a trabajar de la forma en que podíamos para que no faltaran alimentos en casa de ningún español.

¿En qué momento se produce la desilusión de la que habla?

Los agricultores hemos sido un sector estratégico y nos hemos sentido importantes por mantener la vida en nuestras ciudades. Esto se ha pasado de moda y ahora volvemos a no estar reconocidos. En plena pandemia nos han impuesto planes hidrológicos mientras apenas podíamos reunirnos, no nos han dado condiciones para trabajar y han despreciado nuestras opiniones, hasta el punto de dejarnos en ridículo. Parará lo de siempre, que al Estado no le importará nada de lo que ocurre en el campo. Bueno, a mí lo que me preocupa realmente es que este 2022 sea definitivamente el año del Júcar-Vinalopó.

Los cultivos que van desde Albatera hasta El Campello


Como presidente de la Comunidad General de Usuarios del Medio Vinalopó y l’Alacantí, el ilicitano Ángel Urbina estará al frente de los regantes de terrenos de gran importancia, puesto que en ellos se aglutina toda la producción de uva de mesa y abarcan desde Albatera hasta El Campello. La candidatura de Urbina fue ampliamente respaldada, ya que recibió 96 votos a favor, por 13 en contra y cuatro abstenciones. Su gran reto será el de tratar de resolver el bloqueo en el que se encuentra el trasvase Júcar-Vinalopó, una infraestructura de 400 millones de euros.

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