Compromís ha condicionado su apoyo a la intención de convertir el convento de las Clarisas en un hotel a que se modifique el proyecto que ha presentado un grupo de inversores para rehabilitarlo y explotarlo como alojamiento con ciertos espacios abiertos al público. Los socios del PSOE insistieron, a preguntas de los periodistas en que no darán respaldo a esta iniciativa en las condiciones en las que los promotores han planteado. Su portavoz, Esther Díez, volvió a desmarcarse y defendió que «no tiene dudas» sobre este proyecto que tanto debate está suscitando. Compromís ya advirtió que su negativa a aceptar esta oferta tiene que ver con la «privatización que va a suponer que dos de los espacios con mayor valor patrimonial estén gestionados por la iniciativa privada». Se refiere a la iglesia antigua del monasterio, de época gótica, que se transformaría en un restaurante. Pero esto no es suficiente para este grupo municipal que considera que el Ayuntamiento es el que debería decidir sobre el uso y los horarios que se le dan a esta valiosa estancia del convento.
Ante la postura de sus socios, el alcalde, Carlos González, aprovechó para recordar que este proyecto les parece «interesante» aunque lo hayan sometido a la condición de que la Conselleria dé su aprobación para que una empresa rehabilite este bien de «indudable valor». De cualquier manera, la junta de gobierno ya acordó en diciembre modificar el Plan General para permitir que el suelo donde está pueda albergar un equipamiento de este tipo.
Hosltería Ilicitana
Por otra parte, la Plataforma de la Hostelería Ilicitana hizo ayer público un comunicado en el que apoya el proyecto de rehabilitación del convento como «hotel, parador o centro cultural. El apoyo por parte de la directiva de la Plataforma es unánime, puesto que será un aliciente para la dinamización de la ciudad, sumándose a toda la oferta hotelera y gastronómica que tiene nuestra ciudad, y así, se pone el broche de oro, en un lugar con una belleza y valor cultural inmejorable. Con este proyecto estaremos como ciudad en un lugar privilegiado, junto a aquellas que también han apostado por dar vida a sus joyas culturales y arquitectónicas, en lugar de dejarlas morir en silencio.
