¿Cómo afrontan la nueva temporada de la OSCE y con qué novedades principales?
La principal novedad de esta temporada fue la vuelta del tradicional Concierto de Año Nuevo en el formato de orquesta grande, con cerca de sesenta músicos sobre el escenario del Gran Teatro. Tuvo una acogida impresionante y tenemos comprobado que no propició ningún contagio por coronavirus. La segunda novedad es la alternancia de programas con plantillas grandes y pequeñas. Esta flexibilidad nos permite ofrecer al público ilicitano obras extraordinarias que nunca se han interpretado en Elche.
¿De qué manera les está afectada la crisis sanitaria actual?
Lo que más nos duele es la pérdida de casi un 30% de nuestros abonados. Antes de la pandemia teníamos un crecimiento sostenido de más de un 10% en el número de abonados cada temporada. La edad media de la mayoría de nuestro público es avanzada y la gente quiere protegerse. No obstante, estamos convencidos de que más pronto que tarde los recuperamos, puesto que los riesgos de contagio son mucho más bajos en un teatro que en otros espacios pequeños en los que nos quitamos las mascarillas.
¿Cuentan con suficiente respaldo por parte de las instituciones locales?
La verdad es que nos gustaría poder poner en práctica proyectos sociales, retomar los conciertos educativos y jugar un papel importante en la vida cultural de Elche. Tenemos los proyectos desarrollados sobre el papel y hace falta materializarlos. Sin inversión no hay retorno y el retorno para la ciudad tiene que ser tanto social, en calidad de vida, como económico. Así lo demuestran numerosos estudios. Quizá es nuestra culpa no haber sabido transmitirlo de forma contundente a las autoridades.
«Una sociedad que confunde el arte con el entretenimiento corre el riesgo de no profundizar en los problemas de la gente»
¿Los músicos de la OSCE pueden vivir solamente de su actividad en ella o necesitan realizar otros trabajos?
Tengo que reconocer que en este aspecto la OSCE ha sufrido un retroceso importante. En los inicios de la orquesta, en los años ochenta del pasado siglo, los entonces músicos sí que podían vivir casi únicamente de la actividad que desarrollaban con la OSCE. Es una pena que una tierra tan rica musicalmente no aproveche la inversión en la educación musical que brinda a los jóvenes. Acaban tocando en orquestas de Alemania, Francia, Finlandia... Conozco muchos casos personalmente.
¿Consiguen conectar con el público más joven?
Esta es la gran asignatura pendiente de todas las orquestas del mundo. Por ello, las agrupaciones orquestales que se precien tienen un programa educativo desarrollado por un departamento con dedicación exclusiva. Sin embargo, la razón principal de la actividad de estos departamentos no es la de atraer al público joven, sino la de inculcar los valores de la música clásica. Estos son la tolerancia, el trabajo en equipo, el aprecio de la belleza, el aprender a escuchar... La conexión con los jóvenes viene siendo el resultado de este trabajo de carácter pedagógico.
El próximo 2023 la OSCE cumplirá 35 años, ¿están preparando algo especial?
Estamos haciendo planes y esperamos tener el apoyo tanto de las autoridades como del tejido empresarial tan importante que tiene la ciudad de Elche.
¿Ven el futuro de la orquesta con optimismo o lo contrario?
Somos más optimistas que nunca. Hemos visto a la gente llenar el Gran Teatro en el Concierto de Año Nuevo, lo que pone de manifiesto que las personas necesitan la orquesta. De igual manera, estamos ilusionados con la futura llegada del auditorio o centro de congresos. En clave global, la pandemia ha disparado el consumo de arte y entretenimiento. Lo que sí es importante es distinguir bien entre esas dos actividades y su función en la sociedad del siglo XXI, de tal forma que las dos tengan cabida y representación suficiente. Una sociedad que confunde el arte con el entretenimiento corre el riesgo de profundizar poco o nada en los problemas reales de los individuos.
Concierto en honor de la "bella Italia" este sábado en el Gran Teatro
La Orquesta Sinfónica Ciudad de Elche (OSCE) ofrece este sábado, a partir de las 20 horas, en el Gran Teatro su segundo concierto de la presente temporada, dedicado a la belleza de Italia y en el que se interpretarán piezas de Vivaldi y Corelli. Hasta principios de mayo la OSCE contará con otras tres actuaciones en el centenario recinto cultural ilicitano, unas citas que serán los días 5 de marzo, 9 de abril y 7 de mayo. En la actual temporada la orquesta que dirige Mihnea Ignat combina los conciertos con plantillas pequeñas con los que reúne a hasta sesenta músicos en escena.