Son muchos los residuos orgánicos que generamos en casa y que, por norma general, tiramos al contenedor gris sin hacer ningún tipo de distinción. Restos de comida, de café, papel de cocina y servilletas de papel usadas... son muchos los residuos que generamos y que podríamos reciclar en el contenedor marrón.

¿Por qué es importante hacer la separación de estos restos y utilizar el contenedor marrón? La fundamental es que así podremos cuidar el medio ambiente: los biorresiduos se descomponen y pueden contaminar el subsuelo, por lo que reciclando estos restos se puede evitar este problema y obtener energía (biogás). En las plantas de compostaje, se tratan mediante procesos bioquímicos para transformarlos en fertilizantes para el campo. Además, estaremos más cerca del cumplimiento de los objetivos de la Unión Europea de recuperar un 50% de los materiales a través del reciclaje. 

Qué SÍ se puede tirar al contenedor marrón

Siempre cabe la duda a la hora de reciclar. Amarillo, azul, verde… ¿Qué va en cada lado? ¿Cuáles son los residuos que hay que depositar en el contenedor marrón? Restos de fruta, verdura, carne y pescado cocinado, comida cocinada, cáscaras de huevo, frutos secos y marisco, restos de infusiones y posos del café, papel de cocina usado, servilletas sucias, papel con aceite, cerillas y tapones de corcho y serrín, así como otros restos de comida y de jardinería (plantas, hojarasca, ramos de flores…) son algunos de los residuos.

Qué NO se puede tirar al contenedor marrón

¿Y qué es lo que no tenemos que introducir? Los residuos de barrer, ceniza, colillas, bolsas de plástico no biodegradables, pañales y productos de higiene personal, chicles, aceite de cocina, arena de mascotas, polvo, pelo, objetos de cerámica, los residuos destinados a la recogida selectiva: vidrio, papel, cartón, botellas de plástico, bricks, ni residuos destinados a los ecopuntos y ecoparques como aparatos electrónicos, pilas, CDS...

Es importante no tirar estos residuos al contenedor marrón porque dificultan y encarecen el tratamiento y la valorización de la fracción orgánica y porque la calidad y los usos del compost final depende de la correcta separación en origen.