La supresión del hormigón en el Vinalopó ha enredado al equipo de gobierno hasta el final de la semana. El PSOE, tras haber frustrado la petición de 1,9 millones de fondos europeos para ejecutar esta obra, como pretendía Compromís, se justificó este viernes en que no está en contra de renaturalizar el río, pero aseguró que «no son los tiempos». Minutos después sus socios no quisieron esconder su decepción con la postura de los socialistas. Pese a todo, ambos partidos negaron que el pacto de gobierno corra peligro o que exista inestabilidad, como ha aprovechado el PP para atizarles, ya no solo por este debate, sino por otras discrepancias, como la intención del PSOE de abrir un hotel en el convento de las Clarisas. Una decisión que sigue adelante, con la que los socialistas han demostrado que no necesitan del apoyo de sus socios.
Los de Carlos González se aferran a que no es el momento para pensar en una renaturalización del río. En ello insistió el portavoz del ejecutivo local, Héctor Díez, quien mostró su preocupación por los últimos movimientos que está sufriendo la ladera. Sin ir más lejos, un socavón de veinte metros ha aparecido tras las lluvias de hace una semana bajo el monasterio de las Clarisas. Otro ejemplo, que dio el edil, además de los agujeros de Porfirio Pascual, es que el Ayuntamiento ha tenido que desmontar un talud para reforzarlo, frente a El Raval, en la calle Muhammad al-Shafra, por la aparición de grandes grietas tras la DANA de 2019.
Con estos antecedentes, Héctor Díez añadió que «las prisas por una subvención no son buenas» y se mostró confiado en que habrá más oportunidades para pedir subvenciones para esta iniciativa, pero antepuso la necesidad de tener garantías de que la actuación no vaya a suponer un peligro.
A los socialistas no les vale la renaturalización que ha emprendido Madrid con su río Manzanares y en la que se fijó Compromís. «No se puede comparar uno con otro y hay que visitar zonas que sean comparables», dijo el portavoz del ejecutivo local, quien puso como ejemplo Novelda y las consecuencias negativas que sufren al tener un tramo del río sin hormigón en la ciudad, como es la aparición de mosquitos.
La adecuación de la ladera en distintos tramos de la ciudad para mejorar la accesibilidad y su estética, así como para replantar especies autóctonas es ya para el PSOE un ejemplo de regeneración del Vinalopó, tal y como afirmó Héctor Díez.
Pese a esta división, el portavoz socialista quiso quitar hierro al asunto desde el minuto uno de su discurso ante el desencuentro que se ha producido en el seno del ejecutivo local por el río. Es más, presumió de que este gobierno «es de los más estables de España» y dijo que «quien piense que no funciona prefiere una coalición en la que esté la extrema derecha», añadió.
Frente a todo ello, Compromís, no estuvo dispuesto a cerrar el capítulo, pese a haberse pronunciado el día anterior tras presentar un proyecto que sabía que no iba a salir adelante.
Última palabra
Y su portavoz, Esther Díez, compareció instantes después para reafirmar su desacuerdo. La concejala de Medio Ambiente lamentó que hayan descartado pedir una subvención para que «expertos nos digan la mejor manera de renaturalizar el río» e insistió en que la sujeción de las paredes de la ladera es independiente a la solera de hormigón que se quiere quitar. «Los técnicos han dicho que no hay afección», reiteró.
Para la representante de la coalición, la postura de sus socios de gobierno es «incomprensible» a quienes les reprochó «dejar para un futuro indeterminado» una actuación estando en una situación de emergencia climática y «al borde del colapso ecológico».
Los socios del PSOE mostraron sus dudas en que vaya a haber más oportunidades para pedir ayudas como la convocatoria, cuyo plazo se ha cerrado este viernes, en la que se financian hasta cuatro millones de euros. Y sobre el otro asunto con el que han chocado con los socialistas, el hotel de las Clarisas, para Esther Díez «no solo hay que guiarse por lo que dicen los empresarios, sino por lo que dice el interés general», en alusión a la reunión mantenida entre el alcalde y asociaciones empresariales a la que Compromís no asistió, porque sigue defendiendo que hay que garantizar el acceso público a la zona de mayor valor arquitectónico del monasterio, una vez pase a manos privadas el inmueble que es de propiedad municipal desde hace 17 años. Una exigencia que la portavoz de este grupo municipal no confía en que se vaya a conseguir hacer realidad por cómo está actuando el PSOE en esto, dispuesto a seguir adelante sin el apoyo de sus socios.
Reacciones
Estos desencuentros fueron utilizados por el Partido Popular para atacar al bipartito que tachó de «espectáculo» el cruce de declaraciones. La conclusión de los populares es que a año y medio de elecciones ha empezado «la batalla interna del gobierno municipal para marcar territorio entre su electorado olvidándose por completo de que gobiernan para todos los ilicitanos», dijo su portavoz, Claudio Guilabert.
Volem Palmerar, en contra de que el Vinalopó siga siendo una «acequia encajonada en hormigón», lamentó el desprecio a los valores medioambientales y pidió al alcalde que preste más atención a las propuestas que defienden a la ciudad y a la ciudadanía por delante de intereses privados. La asociación lanzó duras críticas a la postura de los socialistas con el convento de las Clarisas, dudó del respaldo de los empresarios por no ser «representativo ni plural» y tildó de «engaño» el incumplimiento del alcalde en renovar el Plan General.
Podemos reprochó la falta de valentía de los socialistas por frustrar la petición de la subvención para recuperar la biodiversidad del río y acusó al PSOE de «ir a la deriva».
