La crisis sanitaria por el coronavirus, las cacas de perros y palomas por las calles en Elche, la llegada del AVE a la ciudad o la precariedad laboral entre las nuevas generaciones son algunas de las temáticas ganadoras del certamen de les Velles de Serra, una de las tradiciones más antiguas de la ciudad que este 2022 se han retomado tras el largo parón a causa de la pandemia.
Cada miércoles central de Cuaresma estos ninots, encarnados en viejas cargadas de sátira, salen a las calles a pesar de que la lluvia ciertamente ha deslucido una tradición que ya a principios de los ochenta se potenció a través del Patronato Histórico Artístico d' Elig (PAHCE) y que ha costado asentarse con el paso del tiempo. Después de desaparecer el colectivo, la asociación de jubilados y pensionistas ha seguido fomentando esta representación. José Payá, impulsor de aquel colectivo, y de este último, indica que sobre todo se premian los detalles, "los zapatos, las medias, guantes, el llevar una toquilla como la que llevaban antiguamente las mujeres".
Premiados
Los ganadores de este concurso de Velles de Serra, en el que colabora el Ayuntamiento, se dividen en categorías. En la de particulares Mercedes Ibáñez se ha llevado el primer premio, mientras que Juan José Parreño Agulló y José Ramón Martínez han quedado en segunda y tercera posición, respectivamente. En la categoría de colegios, donde los menores han contribuido a la creación de estos monigotes, el CEIP Miguel de Unamuno, Don Julio López y San José de Calasanz han sido premiados en este orden.
En cuanto a comercios y entidades, la gestoría Rico, en la calle Ángel, así como el colectivo de jubilados de Torrellano se han llevado los galardones. Este año la participación ha sido menor que otras veces, con una decena de representaciones, aunque no ha faltado la esencia crítica del certamen sobre la realidad social y política que atraviesa el país o la propia ciudad.
Tal y como indicó recientemente a este diario José Payá, el origen de estas figuras irónicas, que fueron estudiadas hasta por el historiador Pere Ibarra, va hasta las raíces de la antigua Ilici. El historiador defiende que los habitantes de la vila murada, tras la reconquista cristiana, y al haber relegado a los judíos y musulmanes al Raval, colocaban sobre el muro defensivo del pueblo y mirando hacia la morería unas figuras grotescas, disfrazadas de soldados romanos, algo que desencadenaría en les Velles de Serra.
