«¡Cuán rápido pasa la gloria de este mundo!».

Tomás de Kempis

(1380-1471), escritor y

canónigo alemán.

MUCHA PASIÓN, POCA EXPIACIÓN

Sumándose al alborozo de la población en general y cofrades y hosteleros en particular por la recuperación de las celebraciones pasionales de Semana Santa, desde el equipo municipal de gobierno librepensador se ha querido dar una muestra más, si cabe, de su denodada preocupación por el bienestar físico y espiritual de la ciudadanía ilicitana, organizando una serie de actos solemnes, litúrgicos y seglares, marcados por la transparencia, la inclusividad y la heterogeneidad en todos sus diversos y variados vértices, ángulos y bisectrices. Tras un intenso debate de más de un cuarto de hora, el programa ha quedado así:

Domingo de Ramos. Al amanecer, los integrantes del equipo municipal de gobierno, encabezados por el alcalde, Carlos González, y acompañados de asesores, personal de confianza y familiares cercanos hasta tercer grado, realizarán un recorrido descalzos por algunos huertos patrimonio de la Humanidad portando palmas y recogiendo agret, con el que procederán a realizar una ofrenda floral a los pies de la Palmera Imperial, en memoria de los ejemplares fallecidos por picudo, paysandisia, talas (ilegales y legales), abandono, depredación urbanística y otras causas naturales y/o artificiales. A continuación se oficiará un tedeum laico para dar las gracias por la aprobación de la nueva ley del Palmeral y pedir a Santa Rita de Casia por la incierta culminación del corpus normativo pendiente. Tras la interpretación de «Aromas Ilicitanos», la comitiva se encaminará al paseo de la Estación para participar en la procesión de las Palmas.

Martes Santo. Toda la mañana y parte de la tarde. Procesión secular en bicicleta en la que se recorrerán los 26 kilómetros de carril bici de la ciudad y los 57 de las pedanías. Habrá paradas en cada una de las 56 estaciones penitenciales de BiciElx, y responso de la responsable municipal de movilidad ecosostenible, Esther Díez, con exhortación de la plegaria laico-climática «Greta Thunberg no nos abandones» y recuento del CO2 que la marcha velocipedista ha dejado de emitir a la atmósfera. Al llegar la comitiva a la Plaça de Baix (no hay carril bici, pero como si lo hubiera) tendrá lugar el Encuentro con la Verónica, en el que la internacional cantautora ilicitana interpretará en versión saeta su éxito «A cuatro ruedas», causando cierto desconcierto entre los ciclistas, que no obstante lo cual aplauden educadamente a la artista. A continuación, suelta de tordos en desagravio por los congéneres obligados a participar tantos años en las procesiones en contra su libre albedrío aviar. Nota: Llevarse cantimplora (con agua), fiambrera (con comida, vegana a ser posible, para no aumentar la huella de carbono), y sombrero de paja o pamela reciclados. No se repartirán velas, por razones obvias.

Miércoles Santo. Hora nona. Los miembros de la oposición (ellos con chaqué y ellas con peineta y ambos géneros e intrafamilias con cirios de los gordos) participan en el vía crucis de la Muy Fervorosa y Penitencial Cofradía del Santo Reproche y la Santa Admonición en su Dolorosa Enmienda Transaccional. Encabeza la comitiva el líder popular, Pablo Ruz, portando un estandarte negro confeccionado a base de reparos de la tesorería municipal al bipartito, con un ribeteado de plata de amonestaciones del Síndic de Greuges y una corona de espinas bordada en el centro con hilos de oro procedentes de sentencias judiciales adversas al gobierno local. Al pasar frente al antiguo convento de las Clarisas los ediles del PP que no se hayan escaqueado realizarán tres reverencias con sendas genuflexiones, rezarán por la salvación de tan venerada casa y pedirán por su futura advocación cultural. Encaramado a lo alto de la fuente de la plaza, el jefe de la leal y venerable oposición se dirigirá a los presentes recordando, con contenida emoción pero inflamado ánimo, cómo Jesús expulsó a los mercaderes del templo: «¡El BIC prevalecerá frente a esta cueva de ladrones (Jeremías; 7, 11)!», proclamará, antes de proseguir hasta Santa María. El edil no adscrito, Eduardo García-Ontiveros, participará con capurucho para no ser reconocido (preferiría salir en La Caída pero no había sitio).

Jueves Santo. Medianoche. Procesión del Silencio Administrativo. El recogimiento y la introspección caracterizan esta marcha pasional, integrada por miembros de colectivos cívicos, culturales, vecinales, comerciales y de otra índole no política (al menos no exteriorizada) cuyas enmiendas, peticiones, sugerencias, alegaciones y preguntas sobre distintos acuerdos, proyectos, planes y decisiones del gobierno local no han recibido respuesta o, en caso de que sí, ha sido denegatoria. La comitiva procesional pretendía salir acompañada de un tambor, para darle mayor énfasis expiatorio al acto, pero la petición de autorización cursada por los organizadores a través de la administración electrónica municipal no tuvo respuesta.

Viernes Santo. A mediodía. Trencà del Guió. Congregado el equipo local de gobierno en el balcón principal de la casa consistorial, el alcalde, Carlos González, procederá a leer ante el respetable, a los sones de una banda de cornetas y tambores, las actuaciones previstas para hacer de Elche una ciudad más sostenible, inclusiva, igualitaria, solidaria, transpirable, flexible, próspera, biodegradable y demás ODS. El portavoz adjunto compromisario, Felip Sànchez, interrumpe en un momento dado el discurso para reclamar que se incluya también la renaturalización del cauce del río en su tramo urbano, rompiendo así el guion tan concienzudamente elaborado por la primera autoridad. En el toma y daca romperán el mástil de la bandera de Elche, dando lugar a una actualización de la acendrada tradición local, de manera que si la parte fracturada cae al suelo limpiamente al primer empellón, se interpretará que el bipartito ejecutará al menos el 30% de sus 50 proyectos prioritarios para 2022 y, por consiguiente, será un buen año para la ciudad y las pedanías. En caso de necesitarse más envites, reinará la melancolía entre la ciudadanía porque no se llegará ni al 20%. En cualquier caso, habrá cohetería, como está mandado, y suelta de globos.

En el toma y daca romperán el mástil de la bandera de Elche, dando lugar a una actualización de la acendrada tradición local,

Domingo de Resurrección. Al pasar la procesión por la Plaça de Baix, desde lo alto de Calendura se lanzarán aleluyas con imágenes a color de los miembros del equipo de gobierno (habrá más del alcalde, en varias poses y gestos) por una cara y por la otra, cupones descuento aplicables a los recibos de la luz, el agua, la gasolina (acumulable a la rebaja del Gobierno), IBI, IAE y otras tasas e impuestos, con cargo a los remanentes de tesorería y de las ayudas de emergencia que no se han gastado. En las Cuatro Esquinas, Pablo Ruz lanzará sus propias aleluyas, también con su efigie en el anverso (aunque reservará la esquina inferior derecha a la Mare de Déu y al Resucitado), y en el reverso los lemas: «¡Desconfíe de los descuentos del maligno bipartito! ¡Las rebajas son nuestras! ¡Rechace plagios y burdas imitaciones!».

En cualquier caso, habrá cohetería, como está mandado, y suelta de globos.

Lunes de Mona. Tras las místicas jornadas vividas, concejales y concejalas (esta vez sin asesores ni adjuntos en cualquier grado de adherencia) marcharán juntos y en aparente armonía al pantano por el nuevo sendero (por gentileza de la Diputación, como insistentemente recordará durante todo el trayecto Juan de Dios Navarro sin despeinarse), sorteando zonas inundadas, tramos impracticables y otras partes engullidas por la frondosa vegetación palustre. Tras la degustación de las típicas viandas, se procederá a cascar el huevo (de la mona). Lograr el objetivo en la testa del alcalde se premiará con diez minutos extra en las intervenciones en el pleno, en la del líder de la oposición, con cinco; en las de los portavoces, tres; en los adjuntos uno, y en los ediles rasos, lo comido por lo servido. La entrañable jornada finalizará, como no, con la interpretación de tonadillas tradicionales: «De les penyetes venim / de menjar-nos la mona / junt al ferrocarril. (…) Venim tots tocats / hem jugat un ratet / a la roe la mola, / a la gateta i al conillet».

¡Hosanna, hosanna!