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Adictos a rescates exprés en Ucrania

Un ilicitano y un alicantino auxilian a otra abuela de Elche para traer a su nieto de 7 meses

Arriba, la hija, la nieta y la abuela, junto a Alejandro y Fernando, en Ucrania. Abajo, el regreso. | INFORMACIÓN

Quién les iba a decir al alicantino Fernado Miñana y al ilicitano Alejandro González que se iban a convertir en un tándem imprescindible y además especializado, no por voluntad propia, en auxiliar a abuelas ucranianas residentes en Elche para que, sobre todo, consigan poner a salvo y sacar a sus hijos o nietos del país invadido y bombardeado por Rusia.

Adictos a rescates exprés en Ucrania

Lo llevan en la sangre lo de ayudar. Uno, jubilado, está acostumbrado a cuidar, proteger y auxiliar al prójimo gracias a lo aprendido en el oficio que ya dejó atrás. El otro, que se desvive desde la pandemia por llevar comida a las bocas que en la provincia de verdad lo necesitan, no puede mirar a otro lado ante un drama. Ambos, de distintas generaciones, y que no se conocían hace un mes, se han complementado a la perfección y entre los dos son capaces de buscar remedio a casi cualquier inconveniente.

Pocos como ellos serían capaces de aceptar voluntariamente el encargo, deslizado por la ONG ilicitana Conciénciate, para, casi una semana después de haberse internado unos cientos de metros en Ucrania con el fin de recoger a dos adolescentes y ponerlos a salvo con su abuela ucraniana residente en Elche, volver a repetir de nuevo la historia.

Y es que efectivamente, en apenas una semana, el alicantino y el ilicitano se han plantado por segunda vez en el país invadido (en la anterior ocasión entraron por Rumania; en esta, por Polonia) para, acompañando a una joven abuela ucraniana de 54 años residente en Torrellano, asegurar el reencuentro con su hija de 34 años y su nieto de apenas siete meses. Los cinco llegaron hace unos días en avión y se encuentran todos bien.

Conciénte supo hace un mes que Elena, la abuela ucraniana, tenía a su hija y a su bebé en Sumy, ciudad duramente castigada por el asedio y continuos bombardeos rusos. Hace unas tres semanas que se instalaron en Leópolis, pero la hija no quería dejar a su marido. Su madre le insistió sin éxito para que saliese con el bebé de Ucrania. Sin embargo, al ver las imágenes de la masacre rusa en Bucha, la hija avisó de que quería salir. «Hemos desplazado a la frontera a la abuela con Fernando y Alejandro, para recoger a su hija y al bebé y traerlos a Elche, con la abuela», señala Gorka Chazarra, responsable de Conciénciate y artífice en buena parte de lograr que estos sueños, en plena pesadilla, se cumplan.

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