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Pimesa analiza si es viable que el Mercado de la ladera cuente con un sótano

El Ayuntamiento empieza a recabar las necesidades de los placeros para poder diseñar un edificio de abastos definitivo

El mercado provisional, situado en la avenida de la Comunitat Valenciana. | ANTONIO AMORÓS

El Ayuntamiento, a través de la empresa Pimesa, ha empezado a recabar las necesidades que tienen los placeros del Mercado Central con el fin de comenzar a esbozar el futuro inmueble que el equipo de gobierno quiere hacer definitivo en la ladera del río. Contar con un parking subterráneo en la calle José María Buck, la única opción disponible que hay, y con obradores para poder realizar su trabajo con suficiente espacio son las principales prioridades que han reclamado los vendedores.

La reunión con la mercantil municipal se ha celebrado esta semana tras haber mostrado públicamente días antes su malestar por el tiempo que está tardando el ejecutivo local en presentarles un proyecto para que puedan consolidar su actividad en la avenida de la Comunitat Valenciana, donde hace ya siete años los trasladaron de forma provisional.

Lo que los placeros piden para tener un mercado definitivo en este enclave no pasa ni por aumentar volúmenes ni por hacer dos alturas porque ellos comparten que quieren seguir trabajando en planta baja y que un piso superior podría acarrear molestias a los vecinos que es lo último que pretenden, según su portavoz Maricel Trotta.

Lo que sí que va a analizar Pimesa es la posibilidad de que el nuevo edificio cuente con un sótano que sirva como almacén para el funcionamiento diario de los placeros y para albergar máquinas de aire acondicionado o cámaras frigoríficas. Otra de las ideas que se baraja es añadir un mirador sobre el edificio, pero de momento es solo un planteamiento que se va a evaluar, ya que la reunión de esta semana es solo la primera fase de un procedimiento burocrático que no se antoja rápido.

La intención municipal, según los placeros es que en un mes puedan contar con unas líneas maestras de cómo será el futuro mercado de abastos. A partir de ahí, el Ayuntamiento tendrá que elaborar anteproyecto, después un proyecto y por último comenzar las obras, todo ello con las correspondientes licitaciones.

En estos momentos, PSOE y Compromís están tramitando la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para la desafección de zona verde con el fin de que el suelo pueda albergar un equipamiento público, lo que ha desatado el rechazo de colectivos locales, ente ellos la asociación de arquitectos Ruskin Coffee. En el próximo pleno, el ejecutivo local aprobará un primer trámite para lograr este objetivo tras contar con informes favorables de los servicios territoriales de Urbanismo, de Aviación Civil y del propio Ayuntamiento que considera que el edificio de abastos podrá integrarse en el paisaje.

Con todo ello, tras la aprobación en el pleno municipal de esta modificación del Plan General, que atañe también al antiguo Mercado Central, al convento de las Clarisas y a L’Escorxador, se abrirá otro periodo de exposición pública, después el Ayuntamiento contestará a las alegaciones recibidas antes de aprobar la modificación definitiva en otra segunda sesión plenaria. Por último, será la Conselleria de Urbanismo la encargada de dar su visto bueno.

Con todos estos trámites por delante, los placeros siguen siendo escépticos con su futuro, «hasta que no veamos el proyecto no nos lo creeremos», sostienen.

Lo que cuestan las instalaciones provisionales a las arcas públicas

El Ayuntamiento tomó las riendas del Mercado provisional y de los contratos de los 36 puestos en julio del año pasado una vez que el equipo de gobierno tumbó definitivamente el proyecto de Aparcisa, la empresa que también se ocupaba de la gestión de estas dependencias. En cinco meses (de julio a diciembre), las instalaciones costaron 121.295 euros a la empresa municipal Pimesa, entre suministros, seguros, control de plagas, alarmas, personal y mantenimiento. Por contra, los ingresos percibidos por parte de la mercantil municipal fueron de 94.700 euros (63.111 euros de los contratos a los placeros).

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