«Por unos sueldos más altos y precios más bajos»; «por un 1M combativo contra el capital y el fascismo» o «con la industria sumergida perdemos todas». Estas son algunas de las proclamas que sindicatos, agentes sociales y otros colectivos han elevado este domingo en Elche por el Día Internacional del Trabajador.
La provincia recuperó la histórica movilización tras dos años de parón por la pandemia de coronavirus, ya que en la pasada edición el acto, al menos en Elche, tuvo que ser estático en el Paseo de la Estación, sin pasar por las calles.
El impacto económico a causa de la guerra en Ucrania, con la acelerada inflación, que ha afectado en especial a la cesta de la compra y la energía, centraron las principales reivindicaciones de los sindicatos mayoritarios CC OO y UGT, convocantes del encuentro. Aún y así la concentración estuvo marcada por un aura de celebración, con batucada incluida, por nuevos acuerdos como la reforma laboral y la subida a los 1.000 euros del salario mínimo interprofesional, demandas que año tras año venían repitiendo.
La movilización partió como de costumbre de Carrús, el núcleo obrero de la ciudad. Desde la Plaza de Barcelona los sindicatos convocantes entregaron banderolas y gorras para aliviar la calurosa jornada.
El buen tiempo, el hecho de coincidir con el Día de la Madre y que el Elche se enfrentase al Osasuna lastró el nivel de participación. Si algunos años se han llegado a contabilizar hasta 7.000 personas, esta vez eran cerca unas 2.000 según los datos de los sindicatos, si bien la cifra era inferior en el primer tramo.
Las fuerzas sindicales justificaron la disminución a que «la pandemia no ha terminado» y hay muchas personas, en especial los mayores, que todavía tienen recelo a grandes concentraciones.
Ismael Senent, secretario de UGT Muntanya-Vinalopó-Vega Baja, resaltaba, con gesto de satisfacción, que los ánimos están «muy altos por los cambios que se van a producir con la reforma laboral y la reforma de las pensiones».
Carmen Palomar, su homóloga de CC OO Vinalopó-Vega Baja, recalcó que «hay que poner de manifiesto las ganas que teníamos de salir a la calle y poner en valor la lucha del sindicalismo de clase durante estos diez años, que hemos dicho por activa y por pasiva que se derogase la reforma laboral y de las pensiones, y no es todo pero una parte se ha conseguido».
La jornada tuvo un tono más festivo y suave que de costumbre porque los asistentes entendían que hay cambios que celebrar como la función que han tenido los ERTE's para no dejar en la estacada a trabajadores y empresarios durante la crisis sanitaria.
Entre grupos políticos con presencia municipal solo participó PSOE (la gran mayoría del ejecutivo local), portando rosas, y Compromís, así como otras formaciones como Podemos o el Partido Comunista. Entre las filas socialistas se encontraba el alcalde, Carlos González, junto a Alejandro Soler, diputado nacional y secretario provincial y local.
El regidor ilicitano recalcó que en Elche se ha pasado de una «excesiva temporalidad» a que ahora casi cuatro de cada diez contratos sean indefinidos por la nueva reforma laboral aprobada por el Gobierno central, por lo que entiende que a partir de ahora habrá una mejor seguridad jurídica en el terreno laboral.
Soler, por su parte, se mostraba satisfecho de volver junto a las organizaciones sindicales e incidió en que este es un «año singular» por las nuevas normativas antes mencionadas.
Mireia Mollà, consellera de Transición Ecológica, destacó acompañada de los ediles de Compromís que «hay que borrar la precariedad, y generar puestos de trabajo de calidad».
Entre el grueso de participantes se encontraban ilicitanos como Carmen Marcos, jubilada, que incidió en que «a parte de una fiesta de los obreros no hay que olvidar que los contratos basura deberían dejar de existir en pleno siglo XXI».
María Dolores Cerezola, a sólo unos metros, añadía que queda mucho por hacer y reprobó algunas realidades precarias como la de los riders. «Vi ayer a un hombre de más de 50 años llevando un Glovo y esa edad me apena y me sorprende porque seguramente lo haría para completar trabajo antes de jubilarse», señaló.
Rosa Estopiñán, administrativa de la Conselleria de Educación, reivindicó cambios en la ley para la reclasificación de puestos y que se cambie la valoración de enfermedades laborales «porque el profesorado no es un privilegiado».
«Faltan trabajos estables, y no se si la reforma laboral va a cambiar algo, creo que antes hay que cambiar a todos los políticos», reprobaban Paqui y Manuel, un matrimonio ilicitano. Daniela, su hija, pastelera de profesión, les acompañó por primera vez al encontrarse en paro. «Están muy mal los mecanismos actuales de contratación. Sólo me respetaban en la empresa uno de los dos días de libranza que establecía mi convenio, y eso no es así», lamentaba.
Entre las proclamas se abogaba por la defensa de la sanidad pública, en particular la Atención Primaria, y se reivindicaron cambios contra la pobreza energética. La plataforma antidesahucios también reclamó la ley para el derecho a una vivienda digna y conductores jubilados reclamaron el adelanto de la jubilación a los 60 años.
El colectivo de aparadoras, prácticamente al final de la marcha, vociferaron que «somos trabajadoras, no esclavas» y que «Elche tiene una deuda con sus aparadoras». Isabel Matute, presidenta de la asociación de aparadoras y trabajadoras del calzado, reprobó que han pasado años y no se han hecho efectivas mejoras de condiciones como mayor control de la trazabilidad.
Criticó, al hilo, que sigue sin cumplirse el convenio colectivo para cumplir los contratos domiciliarios.
Alicante
En Alicante la concentración contó con el respaldo de unas 2.000 personas. Una afluencia, como en Elche, menor de la esperada, que atribuyeron a la coincidencia con el Día de la Madre y el buen clima.
Sindicatos mayoritarios y partidos progresistas coincidieron en que, por primera vez tras años de gobiernos del Partido Popular, «hay mucho que celebrar».
Yaissel Sánchez, secretaria general de UGT en L’Alacantí - La Marina, relató que «con la reforma laboral hemos dado los primeros pasos para mejorar el empleo en Alicante «donde se ha abusado de la temporalidad y de la economía sumergida». Su homólogo en CC OO, Paco García, aseguró que «se está transformando la economía de Alicante hacia otra más social y más justa».
Además de sindicatos y entidades sociales participaron también PSOE, Compromís, Esquerra Unida y Podemos. La consellera de Sanidad, Ana Barceló, apostó por «recortar la brecha salarial en algunos puestos entre hombres y mujeres, para que la igualdad en el trabajo sea una realidad». En cuanto a los profesionales sanitarios, la consellera destacó que «se está haciendo un llamamiento a bolsa para las 5.040 plazas por cubrir».
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, señaló en la marcha en València que el Primero de Mayo es el día «para la autoexigencia» y destacó que «este año hemos conseguido el récord histórico de afiliaciones a la Seguridad Social de la Comunitat Valenciana», aunque apostilló que «debemos ir mucho más allá para conseguir mejores salarios y mejores condiciones».
