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La tribuneta

LOS CALAMARES Y CUADERNOS VIAJEROS EN ELCHE

Cuadernos y calamares, una buena combinación, afirma Juan Llorens Juan Llorens

En las notas informativas que habitualmente cuelgo en mi muro de Facebook al referirme a asuntos del colectivo de dibujantes Cuadernos Viajeros, de Elche, casi siempre acompaño los mensajes con la imagen de un plato o un bocata de calamares. Pero muchos amigos de Facebook que no son de Cuadernos siguen preguntándose qué coño pintan los calamares en Cuadernos Viajeros…

LOS CALAMARES Y CUADERNOS VIAJEROS EN ELCHE

Para comprender bien el significado de los calamares primero de todo tendremos que retrotraernos a los orígenes de la agrupación Cuadernos Viajeros (2010) en el seno de la Escuela de Adultos Mercé Rodoreda de Elche. Es de la leyenda que en una charla del pintor Albert Agulló (1931-2018) allí algunos de los estudiantes, totalmente fascinados por los beneficios de la pintura que pregonaba Alberto, se atrevieron a pedirle al pintor por qué no les daba algunas clases de pintura en el centro. Alberto, sin escapatoria posible, les propuso que organizaran algún espacio para pintar…y él se comprometía a ir de vez en cuando para darles algunas orientaciones. Así hicieron. Y los resultados se mostraron en la sala de exposiciones de la Caja Rural. La televisión local grabó los trabajos y Alberto, en una entrevista en plató, volvía a hablar sobre las bondades de la pintura.

Pocas semanas más tarde, Alberto me ponía al corriente de su delicada situación. El improvisado taller de pintura en el Mercé Rodoreda había sido un éxito tremendo y se merecía contar con mayor atención, pero él no disponía de tanto tiempo como haría falta... En definitiva, la proposición era que montase yo el ilusionado Taller de Pintura Mercé Rodoreda. Acepté encantado. Correría el año 2005. Disponíamos de una de las aulas del centro todos los viernes, mañana y tarde. En la actualidad, continúa funcionando dirigido por el excelente dibujante y pintor José Vicente Coves.

En el curso 2010-2011, por un cruce de palabras entre alguien del taller y alguien del cuerpo de la limpieza, las clases de pintura se suspendían. El impacto en el alumnado fue tremendo… Sin embargo, cosas de la vida, por aquellos días andaba yo entusiasmado con los cuadernos de viaje, soñaba con irme a algún lugar lejano y volver con un montón de cuadernos llenos de dibujos.

Cada vez que ponían en la televisión la película Bailando con lobos (1990), lloraba. Sinopsis: Tras la Guerra de Secesión (1861-1865) y en plena colonización del Oeste (1785-1890), el desencantado Teniente John. J. Dunbar (Kevin Costner) se dirige a un lejano puesto fronterizo que ha sido abandonado por los soldados. Su soledad le impulsa a dibujar en un cuaderno.

Cada vez que veía Los últimos días del edén (1992), lloraba. Sinopsis: En lo más profundo de la selva tropical del Amazonas, el veterano investigador Robert Campbell (Sean Connery) vive y trabaja tratando de encontrar un remedio contra el cáncer. Mientras tanto, dibujaba en sus cuadernos preciosos retratos de monos y gorilas). Así las cosas, no me sería difícil ilusionar a los alumnos con un género artístico que compaginaba el arte y la aventura. Por lo pronto trasladaríamos las clases, ¡al aire libre!, al colindante Hort de la Tía Beleta, los sábados por la mañana de 10 a 13 horas. Y al final de la jornada nos reuniríamos todos por los barecitos de la zona para enseñarnos los trabajos mientras nos tomamos unas cervecitas con calamares y bravas. Se reflexionaría sobre los dibujos realizados y se harían planes para quedadas y viajes. Los calamares quedaban así asociados al aprendizaje informal del universo artístico. En adelante, la simple imagen de un plato de calamares en las redes sociales servía para avisar a navegantes de que algo referente al grupo de dibujantes se estaba preparando. Si algún día nuestra escuela de dibujo tuviese que llevar algún escudo o emblema, casi seguro que emplearía un plato de calamares, símbolo de nuestro compañerismo por el dibujo en cuadernos.

Mientras tanto, a iniciativa de los propios alumnos (Mireia Sempere como experta informática y su padre, Ramón Sempere, como coordinador de las actividades), se creaba un nombre para el grupo, Cuadernos Viajeros, y un blog en internet con el mismo nombre para mostrar al mundo nuestros dibujos. En la actualidad Cuadernos Viajeros es una agrupación sin ánimo de lucro que aglutina sin distinciones a todos los que amamos el dibujo y soñamos con viajar a la selva misteriosa.

Continuará…

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