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Las aparadoras alertan de que la mayoría de ofertas de empleo alimentan la economía sumergida

El sector demanda continuamente perfiles laborales pero suele ser a través de portales de anuncios con poca fiabilidad uLabora lanza solo 12 oportunidades en dos meses e impera el contrato temporal

Una aparadora trabajando en el taller que se montó en casa, en imagen de archivo. | ANTONIO AMORÓS

El gremio de las aparadoras del calzado alerta de que la mayoría de ofertas de trabajo suele ser por canales con poca fiabilidad don de en ocasiones los empleadores llegan a engañar a las aspirantes con las condiciones laborales. Denuncian que falta más regulación para perseguir estos casos, ya que en muchas de las ocasiones no hay un contrato de trabajo detrás, y que no se canalicen las ofertas por vías oficiales como el portal de empleo Labora, de la Generalitat. Entienden que con el modelo actual se sigue perpetuando la economía sumergida.

Así lo resalta la asociación de aparadoras de Elche que aúna a más de 200 socias, aunque el número de estas profesionales (que en la inmensa mayoría son mujeres y la espina dorsal del calzado) se cuenta por miles en la ciudad, pero muchas siguen estando a la sombra ya que se ha llegado a estimar que el 80% no tienen derecho a la jubilación por no haber llegado a la edad mínima de cotización.

Y entonces, ¿faltan aparadoras? Lo cierto es que la oferta es continua y no va al mismo ritmo de la demanda porque cada vez una aspirante se plantea más si acceder o no ante la falta de garantías en el sector, y la edad media de estas trabajadoras cada vez es mayor, próxima a los 50 años.

«Nos estamos jubilando y con los dolores de todas las enfermedades del trabajo. La juventud no ha querido aprender el oficio, porque quién va a querer meterse en una empresa donde sabe que a la larga va a tener un contrato a x horas y va a destajo», resalta Isabel Matute, presidenta de la asociación de aparadoras de Elche, al tiempo que reprocha que la falta de claridad en las ofertas de empleo no ayuda en la promoción de esta fase clave de producción del zapato.

Lamenta que hay un continuo goteo de ofertas de trabajo en portales donde apenas se especifican las funciones, salario o contrato y entre los datos se suele dejar un teléfono de contacto. «Hemos tenido casos de personas a las que les debían semanas de trabajo y cuando se han ido a poner en contacto no localizaban a los responsables porque bloquean los teléfonos».

Haciendo una búsqueda en portales como Labora se puede apreciar que tan sólo se han publicado una docena de ofertas en la provincia en los dos últimos semanas para puestos como aparadora, rebajador o pegador de suelas. De todas ellas, prácticamente el 90% ofrecen contratos temporales según las necesidades de la producción. Sin embargo este número de anuncios es infinitamente inferior al que se publicita en otros portales.

Sobre la problemática los sindicatos entienden que debería revisarse la fórmula. Carmen Palomar, secretaria comarcal de CC OO en Vinalopó-Vega Baja expone que el Servicio Valenciano de Empleo y Formación «ha hecho un esfuerzo por estar más cercano a la ciudadanía, y creemos que las ofertas se deben canalizar por ese servicio público y que se cumplan los derechos laborales, pero si los empresarios recurren a otros portales es porque encuentran alguna debilidad en el Labora».

La representante sindical hace unos días compareció en Las Cortes precisamente para hacer una radiografía socio laboral de este sector que genera más de 33.000 puestos de trabajo en más de 3.000 empresas. Apuntó que el problema de estandarizarse el contrato eventual a tiempo parcial no deseado «ahonda en la economía sumergida al alargarse las jornadas y en la mayoría de los casos no cotizarse».

Al hilo, indica que hay portales que siguen publicando ofertas laborales discriminatorias, solo para mujeres o hombres y lamenta que la proliferación de las redes sociales complican que se cumplan las garantías laborales «porque es muy difícil acotar».

Ismael Senent, secretario de UGT Muntanya-Vinalopó-Vega Baja, apunta que esta situación no es diferencial en el calzado ya que entiende que para otros sectores también se publican ofertas en diversas plataformas y reconoce que oferta pública poca hay. De igual forma, indica que «aparadoras hay pero muchas no están dadas de alta, otras lo hacen a sorteo porque ese mundo sabemos como es con mucha economía sumergida».

La dificultad de romper la clandestinidad

La asociación de aparadoras viene reclamando desde hace años que se cumpla con garantías el trabajo desde el domicilio para conciliar tal y como establece el convenio colectivo, de la misma forma que esperan que puedan regularse las cooperativas para que las aparadoras se formen «porque aparar un zapato es un oficio que se llega a tardar un par de años en aprender». Desde UGT, sin embargo, entienden que con el trabajo a domicilio no se dignifica a las profesionales porque se ponen trabas a perseguir la economía sumergida al no poder hacerse control en las casas.

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